¡NOS VEMOS MAÑANA!

Era el día después de la gran fiesta de la preparatoria; Risas, lágrimas, fotos, recuerdos, y reconciliación entre todos los alumnos de la escuela, a sabiendas que a pesar de todo lo que pudo y no pudo ser, esta quizás sería la última vez que podrían estar juntos, y Emily lo sabía muy bien.

Emily era esa chica solitaria y callada de la que nadie parecía acordarse de su nombre, y ella estaba feliz con esa condición: No era alguien muy sociable, apenas le dirigían la palabra y en realidad, ella prefería soñar despierta y pasarse horas dibujando a prestar atención a eso que algunos llaman "relaciones humanas".

Pero ni siquiera ella pudo fingir indiferencia tras la graduación, y a pesar de su fama de chica dura y fría, una "reina de las nieves", ella admitió que no podía evadir la nostalgia y la tristeza que conlleva el fin de una era.

Y sin embargo, un pesar aun más grande ocupaba su mente: ¿Qué será del mañana?

Emily no estaba del todo sola, pues al final del día, ella tenía amistades tan antisociales y extraños a los ojos ajenos como ella misma: Una de ellas, su mejor amiga desde la infancia, era Amanda.

Amanda era un poco menos inadaptada, por decirlo así, que Emily; Ella sonreía constantemente, era ocurrente y veía el mundo no como un lugar completamente oscuro y desalentador, sino como un lugar donde cada quien decide si vive una tragedia o una comedia.

El otro, era un chico que conoció desde los 10 años, cuando el se mudo a la ciudad: Travis. El era otro solitario, pero mientras Emily era un tanto insegura, Travis podía ser terriblemente honesto y seguro de si mismo, independiente, que sin embargo la razón por la que frecuenta a Emily es una extraña similitud en la manera de percibir la vida, si bien da resultados distintos en como afrontarla.

Los tres, en silencio, estaban sentados en la banca del parque central: No se necesitaban palabras para saber lo que todos sentían en ese momento, al borde de un precipicio emotivo.

-Así que… ¿Qué harán mañana?- Comenta Amanda tratando de romper el silencio

-Yo voy con mi madre al campus de la Universidad, para irlo conociendo bien…- Comenta Emily

-¿Y tu Travis?-

-Supongo que buscar un empleo…-

-¿Me van a dejar sola?-

-Me temo que si Amanda- Menciona Emily en tono melancólico.

-¿Y…que harán el fin de semana?-

-¿Podríamos hablar de otra cosa?- Interrumpe en una voz un tanto grosera Travis

-Pero tampoco te tienes que poner así…-

-Lo se, es solo que estoy algo nervioso.-

-¿Por qué no te aceptaron en la Universidad, cierto?-

-Gracias por recordármelo Amanda.-

-Lo siento…-

-Calma Trav, sabes que ella no quiso ser descortés.-

-También lo se, pero de algún modo eso no me quita la presión.-

Los tres retomaron su silencio mientras Emily veía a su alrededor: Los viejos juegos del parque evocaban una época más sencilla, mas alegre, donde la única preocupación era juntar dinero para la próxima película del verano, o salir a la feria anual del muelle, un fuerte contraste con el hoy, un tiempo de incertidumbre.

-¿Cómo les fue en la graduación?- Pregunto súbitamente Travis

-Estuvo bien, aunque todos terminamos llorando.- Contesto Emily

-Eso imagine…-

-¿Por qué no fuiste Trav? La hubieras pasado bien.-

-Si, convivir todo el día con los patanes que me pusieron apodos toda la preparatoria no es mi idea de pasarla bien…-

-Eso pensé yo también, pero no estuvo tan mal: La comida era buena y fue agradable disfrutar las estupideces de nuestros amigos y enemigos por una última vez.- Dijo Amanda

Sin darse cuenta de ello siquiera, la noche les callo a los tres chicos, un viento inesperadamente frío para una noche de Agosto recorrió desde el norte, y las estrellas, por algún motivo, lucían mas brillantes que nunca, con un fulgor como mil velas encendidas por Dios para iluminar la noche de sus hijos en la tierra, belleza pura, y los tres, como amigos, la compartían.

Amanda eventualmente tuvo que retirarse: Le prometió a unos tíos que cuidaría a sus hijos para que ellos pudieran salir a festejar su aniversario, y Emily, así como Travis, se despidieron de ella para después, continuar con su contemplación nocturna.

-Emily ¿Estas nerviosa?-

-Tu lo sabes Trav ¿Tu estas nervioso?-

-Je, tu lo sabes también.-

-¿Cómo crees que será todo ahora? Ya sabes, yo me iré, y tú te quedaras aquí y…-

-No te preocupes por este perdedor Emily; He salido de peores, mejor enfócate en lo bueno.-

-¿Cómo qué?-

-Que ya no veremos nunca más a los retardados que nos hicieron la vida imposible durante 3 largos años.-

-Pero ¿Crees que, ya sabes, nos volveremos a ver?-

-Siempre hay un mañana.-

-Pero…-

-Y siempre hay un mañana después de mañana.-

-¿Realmente piensas así?-

-Emmie…Como ya te dije, me enfoco en lo bueno…-

-Cierto…- Comento Emily en un tono tan etéreo que rayaba en lo inaudible.

Cuando la oscuridad tomo los cielos por completo, y las nubes cubrieron las estelas nocturnas, se sentía como un mensaje perfecto anunciando la hora de partir.

-Creo que ya debo irme Emmie…Nos vemos…-

-¿Mañana?-

Travis sonrío levemente ante la respuesta de su amiga

-Enfócate en lo bueno Emmie…Enfócate en lo bueno…-

FIN