Disclaimers: Todo me pertenece.
PRIMAVERA
Su mundo era incoloro. La primavera nunca llegaba y el sol no se asomaba por su horizonte. Los días siempre transcurrían con la misma rutina, aunque el dolor siempre aumentaba. Los ojos ya no derramaban lágrimas, pues se habían secado. Ya solo quedaba sufrir el desprecio por parte de los demás e intentar pasar desapercibida.
Cuando sus pies pisaban el instituto el temor al ser herida la atormentaba. Los insultos siempre llegaban, a veces más fuertes y otras más débiles, pero siempre lo hacían. De vez en cuanto incluso los puños la golpeaban. Aún así no era capaz de defenderse. Quizás era por la tensión que la invadía al estar cerca de sus agresores, o quizás por el miedo. La esperanza no ocupaba ningún aspecto de su vida, la cual le parecía como el más crudo de los inviernos.
Esa mañana el sol resplandecía en el cielo, iluminando todo lo que la rodeaba, aunque la luz no entraba en su campo visual. Ella estaba sentada en su jardín, con la mirada perdida e inexpresiva. La tortura diaria no había acabado, y ella se preguntaba si algún día secaría. Las heridas cicatrizarían, pero las que causaban angustia en lo más profundo de su corazón, ¿llegarían algún día a sanar?
Se abrazó a si misma observando las hojas de los árboles. Pronto llegaría la primavera, y las fresas saldrían pronto. Aún así su mundo seguiría sumergido en la oscuridad. Jadeos secos y cortantes comenzaron a escapar de entre sus labios, levemente morados. En esa ocasión las lágrimas acudieron a sus ojos, y picaron en su piel marchitada. Las gotitas saladas se deslizaron por su rostro sin secar. Una salía y bajaba para dejar paso a la siguiente. Su mano rozó su mejilla y sintió una intensa punzada de dolor. Ayer los golpes habían dolido más de lo normal, y las secuelas que habían dejado lo demostraban.
Aquello tenía que acabar. Tenía que imponer respeto y defenderse. Estaba cansada de las humillaciones, y sabía que si dejaba que aquello continuara de aquella manera iría a peor. Alzó la mirada y de repente vio una fresa pequeña que se asomaba entre las hojas verdes de la fresera. Quizás si no hubiera tomado la decisión de acabar con el invierno y dar paso a la primavera aquella fresa hubiera sido blanca. Pero en esa ocasión no fue así. Al final del camino vio una luz, una salida. La esperanza se concentró en la pequeña fruta que acababa de nacer y se alegró de aquello. Por fin había encontrado la manera de salir de ese mal trago. Su mundo, antes gris, había recuperado el color. La vida ya tenía un sentido. Quería luchar por la felicidad, hacer nuevas amistades y llorar junto a ellas. Sonreír sin hacer esfuerzo alguno, querer y ser querida. Cerró los ojos y sus labios se curvaron en una sonrisa. Una lágrima se escurrió entre sus manos y juró que sería la última. Des de entonces el sol recuperó su brillo peculiar; des de entonces el arco iris se mostró; Y lo más importante, des de entonces las fresas son rojas.
N/A: Bueno, esto es una redacción que escribí hace ya tiempo. Hoy la he encontrado y he decidido compartirla con todos vosotros. Era una redacción de pensar y solo tenía una condición. Su oración final tenía que ser "y des de entonces las fresas son rojas". A partir de ese punto podías desarrollar cualquier historia. A mi me salió el tema bulling. Estos es todo. Gracias por pasar.