Y yo te quise…
Bueno, a pesar de que estoy un poco decepcionado por la fría recepción y poca aceptación que han tenido mis escritos, he decidido continuarlos, para agradecer a las pocas personas que se han tomado la molestia de dejar un review.
Como ya he mencionado en el capítulo anterior, esta historia, como la mayor parte de lo que suelo escribir, está basada en un hecho real de mi vida propia. Son situaciones por las que he pasado, y lo que he sentido cuando no queda más que la nada, y su colosal silencio. Quizás por esto, a veces encuentren mucho romanticismo neoplatónico en mis escritos.
Pues, ahora que, para mi desgracia, estoy recordando muchas cosas, y muy a pesar de que juré que no me afectarían más, he de plasmar una pequeñísima fracción, y poder librarme un poco. Extrañamente, me siento muy feliz…no sé, es una etapa rara xD.
Sin más por el momento, les dejo…con el fic xD
Capítulo 2: El revés de la moneda.
No quisiera haberme enterado de tantas cosas, tan increíblemente deleznables como desgraciadamente ciertas. Por lo menos, mi esperanza en quienes quiero, me obliga a considerar cada palabra que pronuncian como una sagrada verdad.
Me duele, algo en mi interior, clavado en lo que queda de mi alma ya tantas veces usada. Duele y ya no quiero sufrir, pero no puedo rendir el dolor que necesito, para poder expulsar de una vez todo vínculo que yo creí que existía.
No sé cuánto tiempo más pueda fingir que estoy bien, que nada me afecta. No sé cuánto tiempo más pueda pretender no estar muerto, cuando la expresión en mi rostro, superficialmente altiva, me escupe al mirarme en el espejo. Todos los días es lo mismo, porque estoy obligado a verte. Todos los días es tratar de esbozar una sonrisa, perfectamente delineada, producto de las tantas veces que he recurrido a ella, para no demostrarte que aún sufro por tu causa, y que te quiero aún así. Y a mí no me agrada ser hipócrita…
Ahora me doy cuenta de que, nunca supe qué eres en realidad; todo eres capaz de retorcer, para engañarte y pretender que culpa no hay en ti, y que sólo alba perfección mora en tu inmoralidad.
No comprendo cómo puedes pensar que yo sería capaz de traicionarte. Y mucho menos entiendo cómo es posible, si tanto clamabas por mí sentir una amistad entrañable, haberla destruido por banalidades profanas. Si yo fui tu amigo, nunca hubiera podido siquiera pensar en lo que crees que soy capaz de hacer…pero el vínculo sólo existía en mi imaginación, porque yo quería que fuese verdad, y me humillaba frecuentemente, para obtener tu aprobación, y para observar tu regocijo.
Pues bien, ésta no es la historia de lo que creí que fuimos, como ya he expuesto; no es la historia de lo que sentí al enterarme de tu poca fe; ésta la historia de lo que tú consideraste cierto, la historia tergiversada que tejiste para preservar tu amor propio, movido por el orgullo y la inestabilidad.
Podrás creer que eres feliz, porque engañarte te parece fácil, pero dime… ¿Qué harás cuando en soledad amarga te encuentres, y no por propia voluntad, como yo he escogido, sino por incapacidad de amar con sinceridad? No quiero pensar en tu dolor, al darte cuenta de lo que perdiste, y no soy capaz de desearte algún mal, porque sentí algo bello por ti, y éso me impide detestarte, pero…¿Piensas que podrás sobrevivir, de la forma tan insulsa en la que puedes, para inflamar tu putrílago orgullo, matar a quienes para salvarte darían su vida?
Gracias a un amor sincero, producto de una amiga muy querida, me he enterado de muchas cosas. No te reprocho lo que has considerado, odiarte me resulta imposible, sólo puedo rezar por tu bienestar, sólo puedo regar con mi sangre el altar, para que nunca sepas, ni conozcas el tormento que por ti pasé. Sé que, como siempre fue, no apreciarías la fracción, para ti tan ínfima, de felicidad para mí posible y perdida…que te obsequio, para evitarte la caída; crees tener alas, pero soy yo quien matándose te mantiene en el éter de una felicidad aparente; crees poder amar, pero muy a pesar de los esfuerzos tan inconmensurablemente ignorados que hago, nunca podrás hacerlo.
Me reprocho a mí mismo, porque me negué a ver, aún teniendo ojos, ¿Qué oportunidad tendrán quienes estén ciegos, y quieran ver, pero no tengan la fortaleza que tantos sufrimientos me han conferido?
''Vivamos en un mundo ilusorio...en donde tú sepas que nada es verdad, y en donde yo crea sentir lo que anuncias como felicidad... ¿Porqué me ahogo en el lagar de tu indiferencia? ¿Porqué, maldita sea, porqué? Este cansancio que me desvencija, acabará por romperme la voluntad y destrozarme las sienes.'nsancio que me desvencija, acabará por romperme la voluntad y destrozarme las sienes...'
Daría lo que fuera para retroceder el tiempo...y jamás haberte conocido...No te sientas mal, sólo lograste acabar con mi persona, nada más. Perdona si te hago sentir mal...olvidé que alguna vez me dijiste, que quien debía sufrir era yo. '
Y veo, escucho, rememoro… aquella paradoja depravada y destructora, en la que me consumía para justificarte. Vuelvo a sentir lo que llegó a desgarrar mis vestigios últimos, por completo. Y no quiero, porque no es lo que profeso. No quiero, no puedo odiarte, pero el dolor se hace presente de nuevo. Quiero tener la fortaleza, pero es casi imposible. Casi toda me ha abandonado. Recuerdo la súplica que pendía de mi boca, destrozada por mí mismo, para impedir que me arrastrase…
'Hazme sentir mal…sé que ni siquiera tengo que pedírtelo…pero te lo pido…por lo menos así, sentiré que no es tu deseo agraviarme…que no es tu deseo el verme perdido, suplicante, pidiendo clemencia. Hazme sentir mal… Déjame pensar de una vez por todas en un solo sentido. Quiero verte de una forma simplemente, sin matices de indulgencia, sin tintes de cariño fraternal que me impulsen a sobre valorar a tu persona, y a subestimar tu forma de ser. Permíteme verte como quien realmente eres, de ninguna manera influenciado por este alrededor mío, que me impulsa a creer tantas cosas… En ningún momento, pretendí quedar tan frágil. Sí, frágil es la palabra. ¿Y por qué es ésta? Porque nunca habría podido yo ser capaz de sufrir tanto por quien por mí no sufriría nada. Y esta es la crudelísima verdad, aunque tenga que morderme los labios para pronunciarla. Ésta, es mi verdad.
Consciente soy, de que la realidad propia la he distorsionado, y ya no me importa. No quiero sufrir más por ti, pero este sentimiento aún me agobia. No quiero pensar que lo he rendido todo para verte feliz, y aún lo pienso. Y si trato de aminorar mi dolor, éste regresa y me abofetea para dejar caer sobre mí todo el peso de su magistral poder, para burlarse y decir entre dientes que realidad sólo hay una, y que debo dejar de pretender.
¿Porqué duele tanto? ¿Porqué duele tanto amar? ¿Porqué duele tanto saberse no querido por las personas que tanto nos importan? Llevo arrastrando mis cadenas de llantos y plegarias mezcladas, y las llevo atadas a mis brazos y a mis pies… y cada una de ellas gime y grita, y horada mi alma con su propio dolor incalculable. Pero si pretendo soltarme, se aferran con mayor intensidad…y hacen que mi cuerpo sangre y que mi alma enloquezca, y por eso lloro, por eso me ahogo en el lagar de tu indiferencia.
Quizás quisiese yo zaherirte con alguna palabra mísera de desconsuelo, quizás pudiera yo invocar la bondad que hay en tu interior, si es que hay alguna, pero si no la hay, ¿No es inútil, por ventura? Entonces, ¿Porqué insistes en cultivar mi afecto para luego estrangularlo en uno de tus tantos ataques de ensoberbecimiento? ¿Porqué insistes en matar mis sueños, pues bien los conoces todos, gritando en silencio que nunca fui para ti lo que fuiste para mí? Y no contentándote con éso, te burlas, y te dignas mirarme con oprobio, y luego tu forma de ser tan mala, te ordena terminar con mi aliento, y es por eso, que ríes, y vuelves a mí, como si nada hubiera sucedido…y por el mismo cariño que te tengo…caigo de nuevo en tu juego maldito.
Pues no más, he decidido que no sufriré más por ti. Irresoluta quizás queda la cuestión de si podré considerar que tuvimos una amistad, pero por lo pronto, ya no existirá más. Harto estoy de mirarte tan caramente, y de ser mirado con ignominia, harto estoy de sentir las llamas de tu infierno quemar las plantas de mis pies, al tener que atravesarlo para cubrir tus faltas. Harto sigo estando, y quizá siempre lo estaré… es tanto el dolor, que ya no sé qué debo hacer.
Podría sonreírte, y dedicarte un panegírico, para saber si tu indignación estúpida puede morir, pero ¿Para qué? No conviene acrecentar tu arrogante actitud, así como no conviene dejarme morir lentamente. No me abandonaré a tus designios, si es lo que pretendes, y que te quede claro, ofrecerte más mi corazón y mi alma, nunca jamás. Podremos fingir que no ha sucedido nada, y tal vez continuemos con nuestras vidas, pero no serás para mí lo que fuiste, porque has destruido el sello que yo mismo forjé. Y ese sello era el escudo que tuve que crear yo mismo tanto tiempo atrás…y te lo ofrecí… Me gasto la boca pidiéndome perdón por semejante insensatez…
Quiéreme como yo siempre te he querido, preocúpate por mí, como yo siempre me he quedado despierto rezando porque estés bien…
¿Por qué tengo que estar completamente seguro de que, cuando yo caiga, no estarás ahí para socorrerme…? Estoy seguro de cualquier cosa, menos de tu lealtad, porque me has demostrado que no puedo confiar más en ti. '
Y precisamente, eso hacemos. Pretender que nada ocurre, tratar de borrar las faltas del pasado. Tú lo haces, para mantener la integridad de tu consciencia, sin importar si la mía me asfixia cada segundo, en busca de respuestas que poseo, pero que no quiero aceptar. Sí, ¿Por qué tengo que estar seguro de tu deslealtad?...
'Quise ser la persona en la que más confiaras, y la realidad me golpeó para mostrarme quién manda. Quise mostrarte la belleza que habitaba en tu interior, pero con horror, me di cuenta, que no había tal. Si me lastimo, es por tu propio bien, para que tú no tengas que sufrir, y no me importa si no lo valoras, aunque sería tan feliz si lo hicieras… quizás de esta forma, podrías aprender el significado del amor puro. Yo moriría por ti, aún sabiendo que tú por mí no lo harías. Pero no me interesa, porque eso es el amor: la felicidad de las personas queridas'
Sé lo que piensas, sé lo que tu egoísmo te impulsa a inventar. Sin embargo, no estoy dispuesto a rendir la confianza que me fue dispensada. Esta es una historia que aún empieza a ser develada, pero que nunca será esclarecida. En claroscuros, vivo, y tal como me desenvuelvo, así tiene que ser todo contado. Volveré, porque mi mente no me dejará descansar hasta que me haya desahogado, pero por ahora, me flaquea la esperanza, porque tiene miedo de morir. He de conseguir tu absolución, pero a costa de mi propio bienestar, nunca más. Sé que podré conseguirlo, y espero que pueda mantenerme equilibrado hasta entonces. Regresaré, pero no solo. Y la verdad escapará de nuestros labios. Y yo te aceptaré.
Continuará.
Bien, aquí con el segundo capítulo de 'Y yo te quise'. Espero que haya sido de su agrado. Tengo muchas prisas, así que no esperen grandes cosas por ahora, pero hago lo que puedo. Gracias a quienes se han tomado la molestia de leer, y DOBLE gracias, a quienes consideran que mi trabajo es lo suficientemente bueno, como para dejar un review. Me despido. Por ahora, es todo. Pero continuará! xD