ALUMNA X MAESTRO
El era un joven profesor de una tierra extranjera que había llegado al Colegio San Sebastian por azares del destino, y ella, una vivaz colegiala, tímida, pero inteligente, y excelente escritora, de gran capacidad creativa.
El se llamaba Aaron, y ella Melissa, y a pesar de la obvia diferencia de edades, ellos parecían entenderse muy bien: Aaron era un intelectual que apreciaba la conversación estimulante y el debate e intercambio de ideas, pero era difícil hallar eso en un colegio con jóvenes hastiados y apáticos, de no ser claro, por aquella jovencita de cabellos rizados y castaños que tras su apariencia juvenil ocultaba una mente brillante y madura que parecía ser la única persona en entenderle.
Durante semanas, existió una tensión entre ellos, pero las ridículas convenciones sociales lo hacían imposible ¿Qué dirían de mí? Ciertamente luciría inapropiado, por no decir ilegal, pero ¿Cuáles son las posibilidades de hallar a alguien con quien uno compagine? Olvida la edad, en general.
Y Melissa, oh esa chica, daba sutiles señales que ella sentía lo mismo: Difícilmente hablaba con sus compañeras, pero con él se explayaba con toda facilidad, y siempre buscaba voluntariados o cualquier otra razón para quedarse con él. Y esas miradas coquetas, largas que fijaban su atención en Aaron; No se puede fingir eso, es algo que se siente o no.
Despues de mucho meditarlo, Aaron sintió que debía dar el primer paso, e invito a Melissa a su casa, después de clases, supuestamente para un programa especial de "tutoreo"; eufemismos aparte, la joven no tarda en aceptar su invitación.
-¡Hola Melissa!- Exclama Aaron cuando abre la puerta encontrando a su joven invitada- Pasa por favor…-
-Hola señor Chapman.-
-Por favor, llámame Aaron.-
Y el profesor invito a su alumna a tomar asiento en su cómodo sofá, nervioso de lo que estaba haciendo, pero sabiendo también que no había vuelta atrás…
-Señor Cha…digo, Aaron: Creo que se muy bien el porque me llamo aquí… - Comento sonrojada Melissa
-¿Ah, si…?-
-Creo que no puedo negar que…que yo siento algo hacia usted, y que usted a su vez lo siente por mi…-
Aaron se ruborizo; ella era capaz de desenredar el nudo ciego de sus sentimientos, con toda claridad de saber que es lo que siente y que es lo que desea.
-Melissa, yo quiero decirte algo…creo, creo que te amo…-
Melissa quedo muda por las palabras de su docente, pero no era de extrañarse: no todos pueden controlar ese extraño y caótico sentimiento llamado "amor".
-¿Lo…lo dices en serio?- Pregunta la joven entrecortadamente.
-Si, no se como puedo explicarlo, pero tu, tu forma de ser, me parecen, cautivadores.- Menciona Aaron mientras se acerca y toma asiento junto a su alumna; llevado por la emoción del momento, delicadamente pone su mano en su rodilla, solo para sentir su suave piel.
-¿En verdad lo dices en serio?-
-Si…-
La mirada de aquella joven cambio súbitamente, de su mochilla saco un comunicador y se levanta del sillón de su maestro:
-¡Ahora, ahora!- Grita
Y en menos de lo que Aaron tarda en procesar lo que sucede, al menos una decena de oficiales de policía entran por la fuerza a su hogar; uno de ellos lo esposa y lo aviente en el suelo para someterlo.
-¿Pero que esta pasando aquí?- Pregunta Aaron tratando de entender la situación.
-¡Calla sucio pervertido!- Exclama Melissa en un tonò de voz curiosamente diferente al que se le conocía, mucho mas maduro.
-¿Melissa, que sucede?-
-No me llamo Melissa, y no soy una alumna del colegio, soy una agente encubierto; Esto fue una táctica para cazar pedófilos en las escuelas.-
-¿Qué cosa? ¿Es en serio?-
-Si, y cuando hiciste tus pases de galas con mi rodilla, ejem…fue todo lo que necesitábamos; ahora, degenerado, el único contacto físico que tendrás serán las caricias de los prisioneros de una cárcel estatal.-
Y los oficiales de la ley se llevaron al desafortunado de Aaron; ahora este pasara los próximos diez años en una cárcel, y la oficial Melinda St. Claire (El verdadero nombre de "Melissa") seguiria con su operación para librar las escuelas y colegios de viejo verdes y pedófilos y pederastas; y la lección aquí niños es, a veces hacer cosas ilegales nos mete en problemas…
FIN
NOTA DEL AUTOR: No lo tomen a mal, autorcitas de este tipo de historias, es solo por propositos de comicidad, y nada mas: Si a ustedes no les molesta la pedofilia, yo no dire nada...