Un perdón no basta
A veces no sabemos apreciar lo que tenemos...
A veces sólo nos gusta explotar a quienes más queremos por pura conveniencia, sin dar nada a cambio, ni un simple 'gracias'...
A veces es muy tarde para pedir perdón por errar...
-¡Espera Luís! ¡Por favor!- una chica de mediano tamaño corría hasta sentir que le ardían los pulmones detrás de un chico quien le había dado un ultimátum en el parque donde se encontraban.
-¡Déjame ya! No soy ningún perrito faldero tuyo para que me trates de esa forma. Que me gustes no quiere decir que me convierto en tu sirviente.- le gritó desde una distancia alejada a la de ella. Muchos en el sitio miraban a ambos muchachos exasperados por diferentes motivos, mismo problema.
-Pero... ¡Lo siento! ¿Si? Ya te pedí disculpas, ahora, por favor. Ayúdame con esto, es el último favor que te pediré.- rogaba la chica pelirroja uniendo sus manos como si le estuviese rezando a alguien.
-¡¿Crees que soy tu juguetito?! ¡No! Ya no me usarás a tu conveniencia Andrea.- decía el chico castaño quien ya se estaba exasperado. Sintió un nudo en la garganta cuando vio a Andrea derramando varias lágrimas sin llegar a sollozar.
No siempre se nos dan segundas oportunidades... No siempre podemos pedir una segunda oportunidad...
-Yo... No sé qué hacer para que me disculpes, pero... ¿Podemos siquiera olvidarlo y volver a ser lo que antes?- rogó cayendo de rodillas.
-No... No se puede Andrea.- dijo Luís con el corazón en la garganta, le dolía perder a una amiga, a la chica quien amó durante meses, pero...
No siempre podemos ser benévolos... Porque esa persona se quedará tal como está... Y esa no es la idea...
Estaba cansado de que Andrea lo utilizara para poder 'darle' celos a los chicos que más le gustaban a ella, hasta su primer beso fue con una desconocida, sólo por un desalmado plan de la pelirroja.
No es mala... Sólo está confundida... O eso quisiera creer...
Andrea se quedó llorando en plena plaza, siendo observada por muchas personas gritando una y otra vez 'lo siento'. Luís oía cada grito con claridad, a pesar de caminar y caminar hasta alejarse del bullicio.
-¡Discúlpame por favor!- gritó la pelirroja buscando que su garganta se desgarrara.
Porque a pesar de que no puedas perdonarme, pediré disculpas hasta sentir que estoy bien contigo...
Bueno, este lo tenía desde hace tiempo, me recordó a algo que hace meses pasó. Fue como un drenaje, para así poder sentirme mejor. Claro, ahora eso no tiene nada que ver con lo que siento, ahora estoy de lo más feliz, pero es medio privadito :P
Sólo eso diré, nos vemos, ¡besos!