Una gota de sangre nada mas

Corría por el bosque, presa del terror intentando huir de ellos. Me habían descubierto. Tenía que alejarme de ellos, lloraba de frustración, y esto me impedía ver por donde pisaba. El tapiz de hojas crujía bajo mi peso, pero no me importaba hacer ruido, aunque fuera tan silenciosa como un muerto me encontrarían.
Tropecé por tercera vez, y me arrastré frenéticamente buscando levantarme lo más rápido posible. Pero mientras más me apresuraba, más veces caía.
La permanente media luna plateada estaba brillando alta en el cielo. Iluminando apenas mis manos frente a mí y las copas de los árboles a mi alrededor. Estaba rodeada de ellos, el bosque de Lumn era mi mejor opción para escapar, tanta vegetación les impediría alcanzarme demasiado pronto. Aun tenía la esperanza de que Kail llegara y me rescatara, así que tenía que conseguir el mayor tiempo posible.

Observé a mí alrededor, hacía horas que me había salido del sendero, así que tomé un camino al azar. Todos los árboles se inclinaban ante mí amenazadores, como sombras sin fondo. Con sus ramas alargándose intentado contenerme. Sentí como una raíz se enredaba en mis tobillos, los árboles se movían, me aterroricé, corrí lejos pero estaban por todas partes. Intentaban atraparme y entregarme, así obtendrían su sacrificio de sangre, la recompensa de los lobos.
Pero no lo lograrían, me retorcí asestando patadas y rasgándome las í hacia delante sin importarme hacia donde, mintiéndome diciéndome que cada paso que daba me alejaba un poco de mis perseguidores. Y seguí corriendo, cayendo y levantándome, alejándome de aquellos árboles tan oscuros como los que me perseguían.

Escuché susurros de pisadas detrás de mí, ahogué un grito y volví a caer, me habían alcanzado.
A pesar de estar a punto de ser devorada no podía evitar sentirme estúpida.
De que me había servido correr tanto si al final sabía que era imposible huir. Incontables figuras me rodearon, siluetas negras y a cuatro patas. Lobos. Odiosos lobos, negros como la noche, grandes como leones y astutos como serpientes. La noche se cernía a mí alrededor, pero no era tan absoluta como hace unos minutos.

Sabía que debería escuchar furiosos gruñidos y aterradores aullidos, pues eso era lo peor de ellos, los aullidos letales, los que aterrorizaban a las aldeas y dejaban muertos a los que vivían cerca de los bosques. Pero no escuchaba nada, lo deduje rápidamente mientras agradecía a mi cuerpo y intentaba mantenerme alerta. Tenía una mente muy extraña, y al parecer esta había bloqueado mi sentido del oído, solo escuchaba el sonido sordo del redoble de un tambor, como si este anunciara mi fin. Exasperada y agradecida con mi mente me forcé a girar en círculo, buscando tan solo un hueco por el cual escabullirme. Sentía como las lágrimas seguían fluyendo por mis mejillas, aunque no le prestaba atención alguna.
Quizá él podría llegar. Si. Él llegaría de un momento a otro y me salvaría de esta pesadilla.
Un horrible olor me llegó, olor a muerte, un putrefacto aroma que me produjo arcadas, esos horribles lobos se me acercaban, lo estaban disfrutando, podía sentirlo. Sus carcajadas lobunas eran inaudibles para mis oídos, que seguían escuchando nada.

Levanté mi cabeza, rogándole a los cielos que llegara, confiaba en él. Pero...aun así, rodeada y con la muerte tan cerca, teniendo a Kail como mi única esperanza, no podía evitar desear que no llegara. Si él no llegaba no correría peligro, los lobos no le harían daño si no llegaba a protegerme. Si no venía él estaría a salvo, aunque yo muriera aquí.
Mi cuerpo no pudo más y el sonido me golpeó tan fuerte que caí al suelo. Aullidos, letales aullidos.
Grité, y grité tan fuerte que mi grito bloqueó de nuevo mis sentidos, sus aullidos quedaron inaudibles con la potencia de mi grito. Todo mi cuerpo vibraba de miedo, no podía aguantar mucho tiempo más viva. Ya podía sentir su respiración, estaban demasiado cerca. Mis ojos se cerraban, mi cuerpo se rendía, ¡NO! Yo lucharía, tenía que hacer algo, busque frenéticamente alguna manera de escapar.

Intenté con toda mi fuerza de voluntad mantener mis ojos abiertos y mis piernas tensas, listas para correr si él llegaba. Sin importar el intenso dolor de mis músculos conseguí quedarme medio de pie, opondría alguna resistencia, no me matarían tan fácilmente. Yo iba a soportar hasta que él llegara, pero no llegaría a tiempo, volví a gritar. Mi madre, mis hermanos, mis amigos, mi familia, sus nombres inundaron mis pensamientos, que sería de ellos ¿me extrañarían? Sentí con terror algo agudo y filoso cerca de mi tobillo, ¿dientes?
Kail, Kail, mi amado Kail, si yo moría, ¿se sentiría el responsable? ¿se sentiría obligado a buscar venganza? ¿se enfrentaría a ellos? Rogaba que no, no era su culpa, yo no lo culpaba, el no debía morir. Lo sentía, la muerte estaba a punto de atraparme, un lobo me tenía al alcance de su mordida, tan cerca.

De pronto comenzó a clarear y me impresioné con la sincronía de mi destino. El tiempo se detuvo para los lobos, que se paralizaron asustados, amanecía. A tan solo unos centímetros de mi cuello sentí unos dientes, peligrosamente cerca de hundirse profundamente en mi garganta.
El sol se desperezaba lentamente lanzando rayitos de luz, que se colaban por entre las hojas de los árboles. Sangre me goteaba de mi tobillo derecho, la mordida superficial me mandaba descargas de dolor a mi débil corazón y se esparcía por mi cuerpo.

Pasmada vi como los lobos retrocedían, escondiéndose entre las sombras, cada vez más rápido. Huían del sol. Dos no lo lograron, la luz los tocó y, oh no, yo no quería ver eso, cerré mis ojos con fuerza, pero no alcance a cubrirme mis oídos. Los lobos aullaron llenos de agonía, de una manera horrorosa, con un sonido agudo y penetrante, que se metió en mis huesos astillándolos dolorosamente. Los dos lobos se desvanecieron, como humo, sin dejar ningún rastro. Y así completamente estupefacta, me quedé sola, escuchando mi incontrolable jadeo y el alegre canto de los pájaros del bosque que saludaban a la mañana.

Use mis últimas fuerzas para arrastrarme a la sombra de un árbol, nunca me había gustado la sensación del sol en mi pálida piel. Sin más fuerzas me tumbé allí. Aun no podía creer que estuviera viva. El alivio me baño y logré calmar mi respiración, al tiempo que escuché el sonido de pisadas, se acercaban a mi rápidamente. Me tensé, imposible, no salía de una y me metía en otra. Me levanté sobresaltada, ignorando el dolor de mi tobillo, pero antes de que pudiera salir corriendo alguien se me vino encima.
Cayó sobre mí dejándome sin respiración, me rodeo un delicioso y conocido aroma, no me moví, su hermoso rostro estaba a escasos centímetros de mí. Se aferró mi cabello y sentí como sus lágrimas me bañaban. Y sabía de sobra su razón. Culpa. Kail había llegado tarde, no había podido salvarme de la pesadilla que había provocado.
Tenía sus ojos fuertemente cerrados y gruesas lágrimas escurrían por sus mejillas. Se separó de mí lentamente sin abrir los ojos, se acuclilló junto a mí y hundió la cabeza en sus brazos.

Lo observé, todo había pasado tan rápido que aún me costaba creer que de verdad estuviera allí. Estaba sollozando y no lograba entender nada de lo que decía. Me incorporé con lentitud y lo tomé con delicadeza. Lo recosté colocando su cabeza en mi regazo acariciándole el cabello, murmurándole suavemente que nada me había ocurrido. Recargué mi cabeza en su espalda y me sacudí con sus espasmos. Intenté comprender que era lo que decía.
_Lo siento tanto._ lo repetía una y otra vez, entrecortadamente y yo no supe que responderle.

Lo abracé con fuerza y lloré con él. Porque ninguno de los dos pidió eso, y sin embargo ahora estábamos juntos en este atolladero.


No sé si considerar esto como un principio, tal vez sería mas como un prefacio, pero espero que les guste. Les confieso que esta es la historia con la que he tenido mas problemas con la puntuación así que siéntanse libres de corregir u otra cosa :P
Como se conocieron y como llegó allí sería lo más ideal para un principio así que intentaré escribirlo, originalmente esta es una historia basada en una amiga, así que los nombres de los personajes pueden cambiar.
En fin, sin contar el pasado o el futuro de esta historia espero que la hayan disfrutado, si tienen curiosidad a mi me gustaría que escucharan una canción con la que identifico mucho esta parte. Su nombre es "Preliator" de -Globus- , es una canción bastante épica y cuando la escucho siento la presión de la historia sobre mi, es mucho más fácil imaginar la escena escuchándola.

Por último ¡¡Dejen comentarios!! Cualquier cosa es bien recibida, sean sinceros, como principiante necesito de las críticas para mejorar y para animarme sabiendo que alguien ha leído esto ^^

Thankiiuus! xd... -.- bueenoo, Gracias :D :D