Era el día de la gran reunión de líderes de estado de América Letrina; una excusa para muchos funcionarios para ir a vacacionar a las playas de Cancún, pero al final del día, lo que los jefes de estado invitados trataban de recalcar una y otra vez era el hecho que estaban aquí para trabajar y buscar una solución para los problemas que afronta la región en el mundo contemporáneo (risas grabadas).

—….Y finalmente, el último punto a tratar—comentó el señor Insulso, quien presidia la reunión —es la situación de la libertad de prensa en Venezuela.

Y en coro, se escuchó un enorme quejido por parte de prácticamente todos los asistentes.

— ¿Qué? ¿Qué dije? —Insulso cuestionó

— ¡Vamos! ¿Realmente tenemos que hacer esto ahora? —comentó Felipe Cazón, presidente de México.

— ¿Cómo dice señor Cazón?

— ¡Estamos en Cancún! ¿Realmente esperaba que nosotros quisiéramos ver trabajo hoy?

—Bueno, es que los carteles me confundieron…—Insulso señala a uno de los carteles de promoción del evento, donde se subrayó la palabra "trabajo"

— ¡Eso e solo para la prensa! —Comentó el presidente de Brasil, Lula que Silva, con un marcado acento en su pronunciación del español

—Muy bien, entiendo ¿Qué es tan importante que todos quieren salir corriendo?

—Bono, es que todos queremos eistar en la casa do playa de nostro amigo Cazón: ¡Habrá karaokiño! —Silva respondió.

— ¡Vamos compañeros! Si terminamos con esto rápido, nos iremos rápido.

A regañadientes, los jefes de estado aceptaron la propuesta de Insulso, excepto una camarilla cerca del presidente de Venezuela: Hugo Chanfles, quien no tardo en pedir la palabra.

—Oh, ya va a empezar…—Murmuró casi todos los miembros de la reunión.

—Escuchen compañeros—Empezó Chanfles su discurso—sé lo que han oído en los medios internacionales, los organismos defensores de derechos humanos y de algunos zacatones cobardes— Chanfles comenzó a aclarar su garganta y a fingir una tos—…Álvaro…Álvaro Deriva…

— ¡Oye! ¡Si tienes un problema bien puedes decírmelo de frente! —el presidente de Colombia, Deriva, le gritó a Chanfles ante su insinuación.

— ¿Por qué no vienes tu acá Deriva! —Chanfles le respondió desafiante.

— ¡Vas a ver a la salida!

— ¡Orden, orden! —Pidió Insulso por algo de cordura en la sala— ¡Comportémonos como gente civilizada!

—Como sea— Chanfles retomó sus argumentos— el caso es que todas esas acusaciones son falsas, y son parte de una campaña de desprestigio contra nuestra nación y nuestra revolución bolivariana.

— ¡Ya ves Insulso! —Interrumpió Deriva— ¡Ya lo hiciste hablar! ¡Ahora nada lo detendrá!

Y así fue: un largo, intenso, pero sobre todo, largo discurso sobre las calumnias a su régimen, pero los demás presentes estaban tan hartos, que todo lo que escuchaban era "bla, bla, bla, revolución, bla, bla, bla, contra el imperialismo, bla, bla, bla, socialismo del siglo XXI".

— ¡Díselos Huguito! —El presidente de Bolivia, Bebo Morales, y el de Cuba, Raul Castrado, comentaban y aplaudían ante las intensas palabras de su homologo venezolano.

—Entonces, señor Chanfles ¿Qué me dice de todos esos acosos, amenazas y cierres a medios opositores en su país? —Insulso le preguntó

—Existe libertad de expresión, pero también de responsabilidad social, y esos medios no pueden publicar o comentar calumnias contra el régimen sin pruebas…

— ¿Entonces necesito una prueba en tu país para llamarte asno? —Alguien interrumpió

— ¡Deriva, juro que voy a ir allá y te voy a partir toda la…!

— ¡Silencio! ¡Orden por favor! —Insulso volvía a pedir. — ¿Alguien más quiere dar su opinión? ¿Argentina? —Preguntó dirigiéndose a la presidenta Cristina Kitsch, mas esta no respondía, y se veía ocupada contando algo. — ¡Señora de Kitsch, deje de contar sus millones y responda!

— ¿Qué pasa? —Finalmente respondió Cristina ante las miradas de sus pares

— ¿Tiene opinión en el caso de Venezuela? —Insulso le volvía a cuestionar

— ¡Claro que sí! ¡Chanfles!

— ¿Qué pasa Cristina? —Chanfles le respondió

— ¿Podes pasarme un poquito más de petróleo, pibe? Es que creo que quiero reclamar las Malvinas otra vez

—No sé, no estoy seguro, suena peligroso…

—Es una lucha contra el imperialismo.

— ¡Trato hecho Cristinita! —Respondió Chanfles mucho más convencido.

—Bien, eso no sirvió para nada—Insulso murmuró— ¿Qué tal tu, Ecuador?

— ¡Yo sigo diciendo que esto no es nada más que una enorme campaña de desprestigio contra nuestros amigos del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y…!—

— ¡Muy bien, ya entendimos! —Insulso le dijo a Rafael Corral, olvidando que solo él es aun mas bocón que el presidente Chanfles. — ¿Y qué hay de ti, Chile?

Pero no tardaron los presentes en darse cuenta que el asiento de Chile estaba vacío.

— ¿Dónde carajos está Sebastián Piñon? —Insulso preguntó.

—Dijo que no iba a venir—Comentó Cristina—dijo que iba a estar en otra reunión con otros países: Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón…ya sabe, los países buenos.

—Bien, esto fue totalmente inútil: ustedes ganan, se levanta la sesión, pero una cosa más…

— ¿Qué pasa Insulso? — Preguntó Felipe Cazón

— ¿Por qué no me invitaron a la fiesta de karaoke?

—Bueno es que…Insulso, no es por ofender, pero… ¿Venís a Cancún a trabajar? Eres medio ñoñito…—Le respondió el presidente de Uruguay, Daniel Mojito.

— ¿Pero no me invitan ahora?

—Em…¡No! — Respondieron al unisonó todos los lideres de América Letrina, mientras partían al caserón de Felipe afinando sus voces y pidiendo los turnos para cantar.

—Bueno, al menos, y a pesar de todo, acordamos en algo: —Insulso pensó tratando de hallar algo de consuelo— a nadie en todo el continente, sin importar si es de derecha, izquierda, arriba u abajo, le gusta trabajar…