Bueno chicas! Esta es la continuación del cap anterior que no sé porqué se me cortó y no salió todo lo que yo quería T_T Espero que lo disfrutéis y dejéis reviews :$ Se os quiere =)

Capítulo 12

(Voz en off)

La cara de la señora Edwards era un poema. Danny intentaba aguantar la risa pero no creía poder resistir mucho más. Tenían que salir rápidamente de allí.

-Vale, vale. Váyanse ya. – urgió el señor Edwards.

Rick le miraba receloso, frunciendo el ceño exageradamente, pero Danny no le prestó atención, tenía cosas más importantes en las que centrarse. Así que, cogiendo a Viola por el brazo y dejando atrás los murmullos indignados de los Edwards, salió del local despacio. Cuando estaban en la puerta se miraron y, sin poder evitarlo, rompieron en carcajadas. Le encantaban sus ojos, su pelo, sus labios… esos que le volvían loco a cada segundo que pasaba, esos que tanto quería besar, esos que sabía que eran los únicos que quería ver cada mañana al levantarse a su lado.

-Pero, ¿cómo se te ocurren esas cosas?

-Tengo imaginación. – Danny se encogió de hombros.

-Estás loco.

Viola no dejaba de sonreír como una tonta, pero él ya no reía, solo mantenía una leve mueca feliz sin dejar de mirarla. No podía evitarlo, era imposible no amarla… Tan delicada, tan bella… Añoraba abrazarla como lo hizo la noche del baile, añoraba tener su mirada fija en la suya, su nariz frente a la de él, sus labios casi rozándose. Y así, ensimismado como estaba, soltó lo que llevaba tiempo pensando:

-Loco por ti.

Ella le miró sorprendida, nerviosa. Le empezaron incluso a temblar las piernas. No sabía por qué, solo le pasaba con Danny. Veía sus ojos y todo lo demás pasaba a un segundo plano, ella misma se perdía en el azul que la enamoró desde aquella noche.

Casi se apartó asustada cuando él puso su mano en la mejilla de ella, acariciándola suavemente con los dedos. No iba a ser su primer beso, pero le ponía tan o más nerviosa como si lo fuese.

-Viola… - susurró él.

La, odiosa en ese momento, melodía del móvil de Danny, provocó que este se parar cuando estaba a pocos centímetros de la chica. Miró la pantalla y pareció volver a la realidad.

-Tengo que irme.

-Pero… ¿cómo vuelvo ahora al colegio?

-Toma. – le tendió un billete y se separó de ella. – Puedo ir esta noche, si quieres.

Viola únicamente asintió inexpresiva. Danny suspiró sabiendo que la chica estaba molesta pero no tenía opción. Corrió hacia el coche y se fue tan rápido que a Viola no le dio tiempo ni de despedirse.

Viola POV

Estaba sola. ¿Y ahora qué hacía? ¿Irme al colegio? No, quedaban dos horas de clase. ¿A casa? Tampoco, mamá estaría allí.

-¿Viola?

Rick había salido del restaurante y anduvo hacia mí dubitativo. Iba muy arreglado, como siempre, pero aquel parecía un atuendo para una ocasión especial. Le miré indiferente y él se acercó más.

-Venga, no me trates así. – en respuesta solo suspiré hondamente. - ¿Dónde está tu… amigo?

-Se ha ido.

-¿Dejándote sola?

-No te importa.

No tenía que meterse donde no le llamaban pero yo tampoco debía enfadarme con Rick porque Danny me hubiese dejado plantada. A fin de cuentas, era él quién estaba allí ahora, y no Danny.

-Perdón.

-No pasa nada. Jode que te den plantón. – se encogió de hombros y yo le miré mal, de la misma manera que miro a Coral cada vez que dice que se ve gorda. Había veces en las que Rick era muy sensible, pero otras, en las que era como un sin corazón, directo y sin tacto para decir las cosas.

-Dejar de meter el dedo en la yaga sería un detalle por tu parte, amor. – sonreí irónica .

-Lo siento.

-Ya. – me giré. – Bueno, adiós.

-Eh… ¿Quieres que te acompañe? – me agarró del brazo con demasiada fuerza, por lo que tiré para que me soltase.

-No.

-¿Por qué?

-Acabas de intentar que tus padres me descubra. Llega a pasar y no podría volver a ver a Danny. – me enervaba hablar con él.

-Danny… - agachó la cabeza. – Es que no debería verle. Tendrías que verme a mí.

-¡Es que no quiero nada contigo! – chillé. Miré a todos lados y ajusté mi respiración relajándome para que la gente dejara de mirarme. – Me tienes harta. Déjame.

-No sobreactúes. – me abrazó y, para mi sorpresa, lo hizo con mucha suavidad. – Perdón, siento lo de mis padres. – susurró. – Me dejé llevar por los celos, ¿me perdonas?

¿Celos? ¿Estaba celoso? Si eso fuese verdad, ¿significaría que yo le gustaba de verdad? No quería pensarlo. Me había relajado un poco. El abrazo había sido un acierto por su parte ya que hizo que se me quitaran las ganas de gritarle.

-Vale… - murmuré.

-Deja que te lleve a tu casa, - hizo una pequeña pausa y terminó con un, - por favor.

La idea de ir con él a cualquier sitio no era muy apetecible en esos momentos, en ninguno, realmente, pero no podía decirle que no, no cuando me sentía tan culpable por haberle chillado.

Anduvo a mi lado con las manos a la espalda y bastante serio. Tenía el semblante y la actitud de un hombre pero, claramente, aún era un niño. Recorrimos varias calles en silencio hasta llegar a una heladería. Me invitó a entrar y acepté. Insistió tanto en pagar que no pude negarme a aceptar la tarrina de helado de limón. De repente se paró, y yo me detuve también.

-¿Qué tengo que hacer?

-¿Cómo? – le miré confundida. - ¿A qué te refieres?

-A que qué es lo que tengo que hacer para que me mires como a él. – bajó la mirada y siguió andando. Yo le seguí.

-Yo no hago eso…

-Si lo haces. Exageradamente.

-Tengo que irme.

-¿Huyes? – paré en seco y me volví para mirarle.

-No. No huyo.

-Es lo que parece. – tomó otra cucharada y me miró con indiferencia, como si ya no lo interesara el tema.

-Quiero irme.

Suspiró y tiró lo que quedaba de helado. Volvimos a retomar el camino hasta llegar a mi casa, pero el ambiente no era favorable. Había tensión e incomodidad por parte de los dos. Al menos no había ido sola y era casi la hora a la que solía llegar a casa tras el colegio.

-Gracias. – abrí la puerta y entré.

-¡Viola! Espera. – le miré. – Este viernes…

-Rick, no iré.

-Al menos para que nuestros padres piensen que todo va bien.

-Es que no va bien.

-¿Tú quieres seguir viendo a ese tal Danny? – asentí. – Pues ten contenta a tu madre.

Tenía razón. Mamá estaría menos encima de mí si pensara que pasaba mi tiempo con Rick. Podía hacerlo, solo tenía que jugar bien mis cartas para que no me descubrieran y para que Rick hiciera lo que yo quisiese.

-Espera, ¿qué ganas tú con todo esto?

-La oportunidad de intentar que le olvides y te fijes en mí, supongo. – iluso, pensé.

-De acuerdo. – sonrió victorioso. – Con una condición. – Su sonrisa desapareció. No sé cómo no había supuesto que yo fuera a poner condiciones.

-Dime.

-Danny viene.

-Pero…

-Sin él, no voy.

Pareció pensarlo. Probablemente estaba separando los pro's y los contras, y al parecer fueron los pros los ganadores, porque asintió y besó mi mejilla antes de volverse y decir:

-Te recojeré a las ocho. Dile que estaremos en…

-No. Él estará conmigo cuando tú llegues. – frunció el ceño, pero aceptó.

Me miró una vez más, suspiró y asintió como convenciéndose a sí mismo de que todo había salido bien. Me daba algo de pena, se esforzaba demasiado en conseguir algo que ambos sabíamos que era imposible.

-Pues nos vemos el viernes.

-Sí, nos vemos.