*'°'° Darling Dreaming Cecilia °'°'*
Una Comedia sobre Romance Adolescente y Depresión Divertida.
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Disclaimer:
Esta es una historia de Alejandra Govea Hernández.
(Lo digo sólo para mencionar mi nombre, no creo que alguien se la robe)
*'°'° Veintiuno °'°'*
Presentando: Finishing School de Dashboard Confessional.
Han pasado varios días desde aquella revelación que me abrió los ojos. Varios días desde que caminé dos horas hacía mi casa pero en fin, ese no es el punto. Ciertamente, conocer y hablar con Leo me ayudó de una manera que jamás hubiera imaginado y si, mi vida volvió casi a la normalidad. Ya saben: ver tele como adicta, decir idioteces, fantasear cada vez menos con Nico, tontear en la Plaza Comercial con la Manada y sobre todo, tratar de buscar la siguiente cosa que me haga feliz. Bajo esa premisa es que, aunque no lo crean, acepté salir con Leonardo (Sí, con el mismo Leo del capítulo pasado)
Obviamente sólo como amigos, nada romántico. Ni al caso, solo un paseo cerca de mi casa para dejar claras y relajadas las cosas.
— Te ves muy linda hoy — me dice mientras nos detenemos un momento en el parque.
Él también se ve lindo, lo admito. Sus rizos lucen geniales, sus ojos mas marrones, su boca más...ok, esperen. ¡Nada romántico! Recuérdalo Cecilia.
— Gracias...supongo —
No le doy pie a otra cosa, porque estúpidamente, siento como si le fuera infiel a Nico. ¡Bah!, cómo si le importara un bledo mi vida. Últimamente lo he visto súper raro en la escuela. Por supuesto no me habla ni me voltea a ver de nuevo, y hasta se esconde de mi sin darme la cara como si tuviera yo la peste y la verdad no es justo; yo me baño a diario. Andy e Iker se hacen los occisos, creo que definitivamente saben que lo nuestro está perdido y ni siquiera quieren mencionar su nombre en mi presencia.
— ¿Por qué esa cara, niña? — pregunta Leo cuando me escucha suspirar profundamente.
Le miento diciéndole que estoy cansada, que quiero ir a casa. Me siento mal porque Leo es buen chico pero, estoy en un punto en el que bien, no sigo sufriendo de amor pero, no puedo abrirme a nadie más porqué aún duele.
— Es por él, ¿no es así? —pregunta cuando estamos de vuelta en mi casa.
— No sé de qué hablas — respondo sin ánimos.
— Si, es por él — afirma despreocupado — Creo que me equivoqué al venir aquí entonces —
— ¿Qué? Espera, creí que éramos algo así como amigos—
Es decir, lo conozco hace apenas dos semanas pero, estábamos en el camino de consolidar una buena amistad. ¿Qué fue lo que cambió ese hecho?
¿Algo hice mal?
— Lo sé pero, me gustas— sabía que mi belleza algún día sería mi maldición — Pensé que las niñas del tipo de mi hermana no eran lo mío pero, no puedo evitar sentirme atraído por ti de cierta manera y eso no ayuda nada una amistad—
Vaya, si no me dice que le gusto probablemente pareciera que me está juzgando por ser una niña mocosa como Violetta. Me sonrojo un momento y soy sincera con él de la misma manera:
— También tú me gustas. Y, a diferencia tuya...— le miro con desdén — Tú si eres mi tipo, es sólo que he andado medio loca estos días con todas esas cosas del amor —
Nos quedamos callados un rato incómodo, esperando a que alguno de los dos diga otra cosa pero, es más que obvio que si no he dado yo el paso de cortejo, tampoco Leo lo dará. Esto es muy raro, parece que vivo en un libro de tips feministoides sobre las relaciones. Gracias al cielo, Leo es un tipo genial que retoma la conversación de manera natural, sobre temas igual o más maduros que él...
— Entonces le saqué la lengua a "Letty" y jamás le di la cabeza de su Barbie — me dice en una carcajada.
Estoy que me muero de la risa, no sé exactamente qué es lo que está contando pero, su risa es divertida y me pierdo de manera muy absurda. Hasta se me olvida que trataba de ligar conmigo. Seguro seremos buenos amigos.
— Es él, ¿verdad? — escucho de nuevo a Leo y mi risa se apaga.
¡¿Otra vez el mismo tema?! En serio me voy a enojar mucho con él por aferrado. ¡Porqué tienen que ser así los hombres! Que si perdiste la virginidad con otro, que si me mentiste, que si es él...
Estoy harta, en serio.
— Supéralo, ¿quieres? Ya te dije que Nico y yo....—
Me interrumpe.
— Ehm, si eso lo sé— dice Leo en un tosido incomodo — Sólo te pregunto si es Nico aquel que acaba de estacionarse enfrente— señala con un dedo.
Si, efectivamente, Nico baja del auto de su mamá y se dirige directamente a mi casa. Lo juro, me va a dar algo.
— Ok, esto se está poniendo serio y con tintes sumamente dramáticos — admite Leo — Supongo que debo irme — se despide rápido de mi sin siquiera poder disculparme con él por mi estúpido comentario.
En el camino se topa con Nico, y ambos comparten una mirada estilo Edward Cullen y Jacob Black. Típico, rivalidad masculina ante todo mientras que la idiota y despistada protagonista observa egoísta aquella escena.
Tristemente ahora no quiero ser Bella Swan.
— ¿Bella Swan qué? — pregunta Nico extrañado.
Ups, de nuevo pensé en voz alta.
— Nada, sabes que estoy loca — trato de sonreírle — ¿Cómo estás? —
Pregunto por cortesía. Me ha ignorado lo sé, pero quiero que vea que he madurado y que soy una Cecilia diferente a la que conoció. Él también es un niño diferente, está más desaliñado y no es por ser criticona pero su cutis luce realmente mal.
— Yo estoy bien, pero, veo que tu estas mejor, ¿no? — le lanza a lo lejos una última mirada perruna a Leo.
— Sin rodeos, Cortés ¿Qué quieres? —
Lo que menos se me antoja son los jueguitos mentales.
— Tranquila, sólo he venido a darte esto — extiende un sobre grande y amarillo — Esto es tuyo —
Con toda la tranquilidad lo abro y saco algo moraduzco de su interior. Es suave, pequeño, de encaje. Son...
— Mis bóxers — contesto asombrada, tomándolos entre mis manos como un tesoro.
No puedo evitar encontrarles el olor a 212 de Nico. Eso me da un indicio de que no estaban perdidos después de todo. Me sonrojo un poco, alguien aquí ha sido un pervertidillo y no soy yo.
— Los encontré el otro día que ordenaba mi cuarto— admite apenado y si, no le creo nada— No son la gran cosa pero, pensé que debías tenerlos de vuelta —
Pues sí, los acepto pero como una derrota. Mi plan era que Nico conservara esos calzones como señal de nuestro amor puro, salvaje (Dadas las circunstancias en las que se me perdieron) e incondicional pero no, me los está regresando.
Esto es un bodrio, no vuelvo a entregar mis bóxers, es decir, mi corazón.
— Supongo que eso es todo— dice él mirando al piso.
Genial, me da los calzones y de repente no soy ni merecedora de que me vea a los ojos.
— Si, lo es...creo — aguanto las ganas de llorar.
— Bueno, debo irme. Debo hacer algunas cosas ya sabes, aquí y allá así que, nos vemos luego Ceci—
— Adiós Nico — trato de dibujar una sonrisa más falsa que los senos de Pam Anderson.
Lo veo irse así, rápido como llegó, y así igual de rápido, entró yo a mi cuarto a llorar como Magdalena por el adiós más frío de la historia del hombre. No hay vuelta atrás, no volveré a verlo tan seguido porque falta una semana para salir de la escuela. Se olvidará para siempre de lo nuestro y su único recuerdo de mi será el de la chica embarazada que trato de "engatusarlo" a la antigua.
No sé cuánto tiempo ni cómo lo logro, pero me quedo dormida hasta el día siguiente.
****
En la escuela, estamos en semana de los temidos exámenes finales: lo últimos peldaños para nuestro escabroso futuro universitario, según palabras del maestro Cazares. Eso solo significa que en próximos días se vienen las despedidas, las fotos grupales, las ceremonias cursis, los uniformes rayoneados, en fin. El futuro al que todos tememos en el tercer año se acerca pronto, incluso puedo oler la inseguridad en los pasillos.
Todo el mundo está nervioso (Y sudoroso en el caso de David) por saber si entró o no a su universidad preferida, por saber si al menos saldrán de la Preparatoria. Yo misma tengo que enfocarme en eso, estar lista para preparar mi ingreso a la vida normalista que me espera aún cuando he perdido mi razón para estudiar Educación.
Es un día como muchos otros, a excepción claro que hoy tengo el corazón más roto que nunca. A pesar de todo, David y yo damos un repaso para el examen final de Matemáticas cuando Andy llega completamente alterada.
—Ceci...te tengo... dos noticias — dice ella, con la respiración entrecortada.
— Uy, déjame adivinar: es una buena y una mala, ¿no?—
Si, por supuesto, si hubieran sido dos buenas no estaríamos hablando de mi vida. Sería demasiada suerte. Mi amiga asiente con prisas, deben ser noticias muy emocionantes por la forma en que hiperventila.
— Escoge cuál quieres saber primero —
— La mala — respondo.
Andy me toma de las manos para luego respirar profundo. Por la expresión de su rostro, sé que la noticia no es mala, es muy mala.
— Nico se va a estudiar lejos — suelta Andy muy rápido.
Me quedo inmóvil y algo dentro de mí me dice que debo reaccionar de alguna manera pero, no se me ocurre nada. Mi estado zen de endorfinas provocadas por el dolor de mi corazón roto se convierte en un lago de furia constante conmigo misma y con Nico. Efectivamente, lo busco por todos lados en el salón pero...
— Él no va a venir a la escuela hoy—comenta Andy.
— Osea que ¿ya se fue? — pregunto alarmada.
Mi mente hace una lista de todas las cosas depresivas que haré con la partida de Nico.
1. Llorar con su foto en la mano (Aunque, no tengo ninguna. Alguno de los dibujos que tengo de él servirá)
— ¿Cecilia?—
2. Hacer una lista de reproducción con canciones que me recuerden a Nico y me pongan más triste.
3. Inscribirme en un grupo de ayuda que me ayude a...
— ¡Pensé que ya había superado la etapa de aturdimiento! — me sacude haciendo que la lista se borre de mi cabeza — De hecho, aquí entra la buena noticia: Nico está en su casa, descansando de la pelea de su vida —
¿Pelea?
— Define pelea y bajo qué términos. ¿Fue una pelea verbal, una pelea física o una...? — David practica sus charlas de abogacía.
Insiste en seguir los pasos de su papá y estudiar leyes.
Como sea, Andy explica sin omitir detalles el asunto ese de que Nico había tenido un encuentro muy fuerte un día anterior.
Él estaba conmigo ¿Cómo es eso posible?
— Resulta que Iker lo invitó a relajarse un poco así que fueron a jugar futbol un rato pero, no sabes quién estaba en el deportivo —
La ciudad es un pañuelo, y solo en ese sucio pedazo de papel puedes juntar a Nicolás Cortés y a Joaquín Cabrera en el mismo lugar. Si, "Joako" el mismísimo padre de mi no-hijo.
Como siempre, las personas que conocían estaban involucradas en un problema grave. Claro, en una situación así, la receta para cocinar uno de esa magnitud es infalible: mezclas un ex free que comience a hablar mal de ti y tu virginidad en el deportivo de tu ciudad. Le agregamos un ex novio celoso por algo que ya pasó hace tiempo, agregas un balón de futbol y ¡voilá!, obtenemos ni más ni menos que una bomba que explota a la menor provocación de un nombre: Cecilia Guindi.
Así de telenovelesco está este asunto.
— En cuanto Nico escuchó que aquel imbécil hablaba de ti delante de sus amigotes, se lanzó a golpearlo así sin más— Andy incluso actúa los puños al aire — Mientras Nico lo golpeaba a puño limpio le decía muchas groserías y otras cosas que mi "Kiki" no entendió muy bien porque lanzaba porras a favor de tu protector — y luego, imita la voz de Nicolás — "No te atrevas a volver hablar de ella" "Te partiré el culo" y todo eso. Por suerte, Joaquín es un idiota y según sé, apenas logró darle unos golpes antes de que Manolo e Iker los separaran —
Un revoltijo de sentimientos se aparecen ante mí al escuchar la pelea mal narrada ¿Será verdad que yo era la razón del pleito? ¿Es genuina la preocupación de Nicolás o simplemente es un ataque machista de posesión?
— No lo sé Andy. El hecho de que Nico se haya violentado por esa razón me suena más a un asunto de orgullo — suspiro con pesadez — Si él sintiera algo por mí, no se hubiera despedido de mí ayer de la manera en que lo hizo, ¡Me entregó los bóxers!—grito dramática y todo el mundo me observa.
— Cecilia, por Dios ¡Él te quiere! — se levanta de su asiento y nos callan con un gran "shhhh"
— ¿Quién? ¿Dios o Nico? — pregunta David.
—Nico se re-muere por Ceci, ¿no lo ven? Es capaz de enfrentar a un tipejo sólo por defender su nombre y haber mancillado su preciada virginidad. Si no sintiera nada por ti, creo que se hubiera quedado con los brazos cruzados cuando estaban hablando mal de ti, ¿no?—
Andy tenía un buen punto pero, ¿qué debía hacer?
¿Agradecerle? "Vale Nico, gracias por partirte la cara con mi ex. Juro por el cielo que se merecía una buena golpiza"
¿Reclamarle? "Nico te odio por haberme dejado. Vete al diablo"
¿Ambas? "Gracias por haberme defendido, pero te odio por haberte despedido de mi"
No pienso más en el tema de Nico ese día hasta que ya en casa, Caroli comienza a insultarme:
— Lo digo ahora y lo diré siempre: ¡eres un cerdo Cecilia! Tienes el cuarto hecho un desastre—
Comienza a levantar mi ropa, zapatos y demás, hasta que toma con cuidado mi sobre amarillo.
— ¿Qué rayos hacen tus calzones en un sobre?— los saca para mostrármelos sobre mi cama.
— Nada, no me importa— digo con la almohada sobre mi cabeza — Tíralos, lávalos, rómpelos en mil pedazos igual que mi corazón...— me convierto en Señorita Drama 2010.
Después de un momento, mi hermana detiene su regaño y quita la almohada de mi rostro.
— Ok, ¿sabes qué? No te preocupes, yo lavo tu ropa pero, tú debes leer esto… "Peque" — me dice saliendo de cuarto, no sin antes dejarme un papel color purpura en la mano.
Lo abro lentamente y lo único que puedo leer es ese mismo apodo con el cual mi hermana acaba de llamarme.
Ese papel es una carta de Nico, estaba en el sobre. Al darme cuenta de lo que es, corro nuevamente a donde esta Caroli y le arrebato los bóxers para regresar a mi cama a leer ese pedacito de papel que me quema las manos.
Holaaaaa! Aqui esta loca, digo, autora reportandose despues de un largo periodo de ausencia pero es que, mi pez murió y mi...nah, es broma. Como se dieron cuenta, el que sigue será el capitulo final...o algo asi. Solo me queda agradecerles infinitamente su amabilidad al leer esta historia en la que comencé poco a poco y que ustedes han puesto entre sus favoritas, y que han acogido a sus personajes de manera hermosa, como si en verdad existieran *-* Los quiero a todos y cada uno que alguna vez leyeron esto, significa mucho para mi...
En fin, me dejaré de cursilerias para saludarlos:
Veronidas: Gracias por preguntar siempre por Ceci n.n y gracias tambien por seguir la historia
Q.C: Muajajaja! Leo esta libre Caro!, corre detrás de él. Gracias por confiar en mi siempre (aunque aun no me has contado de tu no-novio ¬.¬) XD
Siren Tokatsu: He pensado que Leo es de esos ángeles que la vida nos pone en el camino, que no preguntan...simplemente entran y cambian tu vida u.u
Pau: Amiga, cambié por completo la historia, lo notaste? Gracias por apoyarme siempre en todo, estoy muy orgullosa de ser tu amiga
Sandy Lee: Tambien a ti te quiero muchisimo hermanola, me da gusto que quieras retomar tu vida y que yo sea en cierta parte del proceso
TheOcelot86: Victor! Mi querido valiente que se chutó Cecilia desde el capitulo 1. Sabes que fuera de la novela tambien te quiero mucho y estoy super agradecida por tus consejos
Eloisa Aurelia: Andabas perdida niña pero volviste a la Manada, eso me hace muy feliz u.u
Dra. Laly: Gracias por leer a Ceci, y bueno, tambien por pasarte a Fanfiction a leer mis historias de Twilight. Se te extrañaba XD
Me voy, esperando que les haya gustado el capitulo...los amoro!