ESTUDIOS PARADISO
Decir que Josh había encontrado el éxito era prematuro, pero al menos su carrera se encaminaba de nuevo, y en el apartado de lo personal, bueno, ahora con el extraño amor de una mujer que parecía comprenderlo más que de lo que hacia el mismo.
Aquella noche, Josh regresó a su apartamento después de una cena con unos productores, tratando de buscar el mejor trato posible para su carrera, y en él, Melissa, enferma y en cama, quien en otras circunstancias se le habría unido en la reunión, pero queen parte por su enfermedad, y en parte porque no soportaría otra noche de meterse en vestidos que la hacían sentir como una drag queen barata del norte de Michigan, se había podido librar el compromiso.
— ¿Qué tal te fue Josh? —Preguntó Mel
—Bueno, sigo buscando algo mejor, ya sabes; quiero tomar la mejor decisión posible, y fue difícil hacerlo sin narcóticos esta vez…
Josh se sentó a la orilla de la cama, y a pesar que el rostro de Mel se encontraba enrojecido por la enfermedad, había algo en ese estado vulnerable que apelaba a un sentimiento que él no parecía reconocer; compasión quizás, y de ser así, tiene una buena "raison d'etre", dado que no es precisamente la compasión lo que caracterice a aquellos dentro de la comunidad creativa de Hollywood.
—Josh, recibiste una llamada esta tarde.
— ¿Así? ¿Quién era? —Josh preguntó mientras se quitaba sus ropas "formales" y buscaba aquellos pantalones anchos y camisas holgadas que usaba para sentirse mas confortable
—Fue la señora Savage
— ¿La señora Savage?
—Bueno, así fue como se presentó
— ¿Y qué fue lo que te dijo?
—Dijo que…es algo delicado…dijo que Devon había fallecido, y que quería que fueras al servicio fúnebre…
El rostro de Josh se congeló en una expresión de impacto; a pesar de no tener todos los datos a la mano, no se necesitaba de un experto para deducir que fuera quien fuera, esas personas representaban mucho para el actor.
—Josh… ¿estás bien eh?
—Pues…si, si estoy bien, es solo que me tomó por sorpresa…
Más tarde esa misma noche, mientras Mel dormía en la cama de Josh, este se mantuvo en vela toda la noche, dando vueltas en círculos, mirando a la ventana el cielo de Los Ángeles ocasionalmente.
Sin poder hallar mucho en que gastar su tiempo o para conciliar el sueño, Josh encendió su ordenador, y consultó las noticias de espectáculos: varios rumores sobre quien duerme con quien y sobre quien es o no gay; los listados de las películas más taquilleras de la semana y diversos podcasts con "expertos" en el cine quienes por haber tomado un curso de apreciación al cine en la Universidad ya se sentían paridos por Einsenstein.
Josh entró a la sección de obituarios, y en este, vio una muy breve nota que le llamó la atención.
"Devon Savage, legendario actor de cine y televisión conocido por sus papeles como chico malo durante sus años de adolescencia y como el padre Paul Tompkins en la serie familiar de los ochenta "La Familia Tompkins" falleció hoy en la mañana a los 73 años…"
*
En algún lugar de Hollywood, 1981
—Es un buen chico, sin lugar a dudas señores Horwitz—clamó un ejecutivo en su oficina—y creemos que tiene potencial para el papel.
— ¿Y de cuanto estamos hablando…si sabe a qué me refiero? —Preguntó no tan sutilmente el señor Scott Horwitz
—No me gusta hablar de eso en estos momentos, pero puedo asegurarles que es una suma bastante justa para un actor infantil como Josh…solo un detalle…
— ¿Qué sucede? —Preguntó la madre
—No lo tomen a mal: Josh es adorable y será perfecto para el programa, pero no estoy seguro que América tome de todo bien el hecho que el es…bueno…alguien de su pueblo…
— ¿Qué tiene de malo que sea judío? —Cuestionó ofendido Scott
— ¡Nada, nada! De hecho, muchos grandes entretenedores lo son…pero casi siempre comediantes o actores de carácter, no niños adorables en una comedia familiar; si Shirley Temple se hubiera apellidado "Templenstein" o "Templeberg" quizás no le hubiera ido tan bien…
—Bueno ¿Qué sugiere?
—Nada grande, solo creo, bueno, creemos que le podría ir mejor al niño en su carrera si en los créditos aparece como "Josh Howard"
— ¿Está loco o qué? ¿Tiene la menor idea del insulto que sería para su pueblo, su fe y sus antepasados? ¿Cree acaso que abandonamos la persecución del zar solo para que un "genio" del entretenimiento sugiera esa barbaridad…?
—Doblaremos lo que les propusimos la ultima vez…
— ¡Hecho!
Y tras ese desplante estereotípico que pondría en vergüenza al resto de la comunidad judía del mundo, el trato se había sellado: Josh Horwitz, actor de comerciales de poca monta, ahora estaría en el casting de un programa con audiencia nacional…
El primer día de filmación fue aterrador para el pequeño Josh: esto era completamente diferente, más complejo, y más grande que cualquier cosa que hubiera visto (ni siquiera aquel comercial con el hombre hamburguesa para esa franquicia de Pasadena había sido tan complejo)
Gente de producción entrando y saliendo: utileros, escenógrafos, escritores peleándose con el director, y por supuesto, sus colegas actores.
—Papá…estoy nervioso…—el pequeño Josh murmuró nerviosamente.
—Tranquilo, tranquilo; no pasa nada, es solo como tus otros trabajos.
— ¿Si?
— ¡Por supuesto! Claro, en vez de ser solo visto en partes de California, este se transmitirá de costa a costa para una audiencia de millones de telespectadores…
— ¿Millones?
— ¡Oh si! ¡Y eso sin contar la venta del show a otros países!
De algún modo, esas palabras no resultaron ser el aliento y consuelo que el niño estaba buscando, pero sin tener la opción de reclamar o desistir, no tuvo más remedio que proseguir.
Entró al set de filmación, donde vio a dos jóvenes: Samantha era la primera, de quizás unos once años leyendo el guion mientras estaba sentada en un sillón del escenario; el otro, según recordaba, se llamaba Ryan, de unos quince años, hablando con una reportera y coqueteando con ella entre pregunta y pregunta; ambos interpretarían a sus hermanos.
Cordialmente, Josh intentó saludarlos, pero estos prosiguieron con sus actividades, ignorándolo; él se sintió algo abatido, y quiso buscar a su padre, pero este ya no se encontraba a la vista; de seguro, y en retrospectiva lo notaría, estaría peleando con el de iluminación o hablando con su agente.
— ¡Hey! ¿Qué pasa hijo? —Escuchó Josh de una voz tras de él
—No, nada, nada señor…—Respondió estresado el niño al ver a un hombre cerca de la edad de su padre.
— ¿Eres Josh no es así? —Preguntó el hombre
—Si…Josh Horwitz
—Bueno Josh, mucho gusto: me llamo Devon Savage…
Los primeros días fueron un autentico infierno para el joven actor; esto era demasiado para él, y no sabía manejarlo de todo.
— ¿Qué pasa Josh? —Devon preguntó al verlo nervioso en su camerino, al borde del la más precoz crisis nerviosa que Hollywood hubiera visto.
—Esto es…no sé, no puedo, sencillamente no puedo…—Le respondió.
— ¿Qué, memorizar el guion?
— ¡Es demasiado! Pero el problema es eso de tener que decirlo frente a tantas personas con eso de la audiencia en vivo…no sé cómo puedes…
Antes que el niño rompiera en llanto ante la presión, Devon decidió compartirle un pequeño secreto.
— ¿Sabes Josh? Tengo un método para manejar los nervios escénicos…
— ¿Es otra vez ese consejo de "imaginar a todos en ropa interior"? Porque ya me lo han dicho y no funcionó…
— ¡Na, eso no sirve para nada! Y vaya que yo lo sabré…
— ¿Entonces?
— ¿Por qué no los imaginas a todos…? Escucha bien, no lo repetiré ¿Por qué no los imaginas a todos como…? ¡Con cascos de Darth Vader!
— ¿Perdón, como dices?
—Bueno, podrías intentarlo…
Fue un consejo extraño, pero tomando en cuenta las circunstancias, valdría la pena intentarlo…
Para el siguiente programa, el joven histrión, una vez más a punto de morirse del nerviosismo al enfrentar el rudo público de un estudio de televisión, decidió poner aquel consejo en práctica…
— ¡Hey, como están todos! —Josh dijo las líneas efusivamente al entrar en escena.
Al momento de salir, imaginó a todos con aquellos cascos; claro, no funcionó, pero la sola idea era tan ridícula y extravagante que Josh apenas pudo aguantarse la risa
¿Inútil? No de todo: ciertamente, la actitud relajada de Josh hizo que su actuación fuera muchísimo más natural y espontanea; al perder el foco del nerviosismo, no tuvo nada que obstaculizara actuar en el ritmo perfecto y con cada línea dicha perfectamente a tal grado, que al final, por primera vez desde el comienzo de las filmaciones, el público aplaudió legítimamente al final.
—Hey…—Josh dijo al final después de la filmación a Devon mientras este se preparaba para salir a otro trabajo.
— ¿Si?
—Em…gracias…
—De nada hijo…
*
A la mañana siguiente, Mel se levantó sintiéndose aun algo enferma, pero mejor; esperaba encontrarse con Josh, pero no lo encontró; para cuando ella se había levantado, Josh estaba conduciendo un nuevo auto que había adquirido tras un pequeño comercial que filmó en la exótica tierra de…Canadá
—Es increíble…—pensó mientras recorría las atareadas calles de la ciudad hasta un viejo lugar que no había visitado en años…
"Estudios Paradiso" rezaba aquel letrero, o al menos eso solía hacer en el pasado: con letras faltantes y grafiti explicito sobre ciertas partes masculinas que por la conveniencia de mantener la clasificación pertinente no detallare.
Josh se bajó del auto y se adentro en lo que quedaban de los estudios: edificios viejos y derruidos con letreros apenas reconocibles de los programas que se solían filmar en el lugar: shows como "RALF: el extraterrestre" o "The Silver Girls".
—Con esa originalidad ahora comprendo porque este lugar fue a la quiebra…—Josh se dijo
*
En los Estudios Paradiso, 1986
El cumpleaños de Josh de este año no era como los demás: ahora llegaba a una edad de dos dígitos, un momento para recordar como dice el titulo de un viejo filme, pero el joven Horwitz no se hacía demasiadas ilusiones ¿Por qué? Porque al hacerse ilusiones era fácil pasar a la decepción.
La última vez que sus padres intentaron hacer algo por él joven fue un pastel con el mensaje "feliz cumpleaños Chad"…
— ¿Y quién es Chad? —Preguntó Devon, mientras el equipo se alistaban para la filmación
—El resultó ser el hijo del amante de mi madre…—respondió el joven Josh
—Oh…comprendo…
El ambiente en el set era muy tenso; rumores se escuchaban acerca de la posible cancelación del programa, en consecuencia de una bajada en los ratings; Ryan y Samantha, sus dos hermanos, así como Phillis DeClerk, su madre en el show, ya estaban hablando con sus agentes acerca de los próximos pasos a seguir, en el caso de que sucediera lo que parecía inevitable.
— ¿No le teme a lo que dicen? —Josh le preguntó a Devon
— ¿Eso de la cancelación? No demasiado en realidad; creo que por fin me retirare
— ¿En serio?
—Ya estoy mayor muchacho; he estado en este negocio desde que Reagan era todavía actor; todo lo que quiero es descansar y estar con mi esposa
— ¿Y sus hijos?
Devon quedó paralizado ante la pregunta de su joven colega; Josh tocó una fibra un tanto sensible sin darse cuenta de ello, y al ver la expresión en el rostro de su compañero, sintió arrepentimiento por plantear tal cuestión.
—Perdón ¿Dije algo inapropiado?
—No, es que, bueno, en realidad, nunca tuve…hijos…
—Yo no sabía…
—No es tu culpa muchacho; igual…no es algo que me agrade mencionar…
Josh sintió una enorme incomodidad por el rumbo que había tomado la conversación, y discretamente se alejó de Devon.
—Por cierto, tengo algo para ti…—Devon le mencionó, deteniendo el paso de Josh
— ¿En serio? ¿De qué habla?
—Solo un pequeño detalle…
Devon sacó de una bolsa detrás de una caja de utilería y se la entregó a Josh.
— ¿Esto es…? ¿Un disco de Louis Armstrong…? —El chico expresó, un tanto confundido por el particular regalo, tomando en cuenta que para un muchacho de su edad no era algo muy común oír ese estilo de música
—Si…
— ¿Cómo…bueno?
— ¿No te gusta?
— ¡No, no es eso! Solo es que…
—No es tu estilo ¿verdad?
—Eh...algo así…
—Bueno, créeme, ya le agarraras el gusto chico…
*
Josh continuó con su camino hasta el hogar de Belinda Savage, en un suburbio para retirados.
Paso a paso se acercó hasta la puerta, tocó el timbre, y esperó la respuesta de su llamado, mientras que su corazón se aceleraba con cada segundo extra.
— ¿Si? —Preguntó una mujer mayor, que inmediatamente Josh reconoció como la señora de Devon.
—Señora Savage…soy Josh…Josh Horwitz
La señora se emocionó al ver a Josh, y le pidió que pasara al interior de su hogar; Josh pasó y vio el inmaculado lugar en el cual su padre de televisión había habitado en sus últimos días; varias fotografías de la pareja, algunas imágenes de Devon con actores de algunos de sus programas y películas, y en una del muro, una última fotografía con el elenco de "La Familia Tompkins" en su último episodio.
*
Verano del 1987, en los Estudios Paradiso…
Y con un "corten" del director, aquel fue el último episodio del show, y tras un pequeño convivió con el equipo de producción y el elenco, Josh ahora afrontaba la realidad de ser un actor de once años que tendría que picar piedra para retomar su carrera; preocupaciones demasiado grandes a una edad temprana, que lamentablemente, es demasiado tardía para seguir siendo una estrella infantil pero muy joven aun para ser considerado seriamente.
— ¿Dónde están tus padres? —Devon le preguntó a un Josh sentado tras bambalinas y con lagrimas en los ojos, tratando de contener su melancolía por este fin
—Con sus abogados de divorcio o algo ¿acaso importa? —Josh le respondió molesto
—Mala noche ¿eh?
—Perdón…no quise ser grosero…
—Descuida
—Gracias…
Devon se iba a retirar del lugar, pero se detuvo, le dio de nuevo la cara a Josh y su semblante cambio al de una sonrisa
— ¿Sabes a qué edad comencé en esto?
—No lo sé ¿A los dieciocho?
—A los dos
— ¿Qué?
—Si: yo fui el bebé modelo para las fotos del niño de Gerber
— ¿En serio?
—Jejeje…no, mentira, pero el punto es que uno pierde demasiado tiempo preocupándose por la vida, que se olvidan de vivirla; estarás bien Josh.
— ¿De verdad lo crees?
—Si, al final todo saldrá bien ¿y sabes por qué?
— ¿Por qué?
—Porque a los 18 controlaras tus ingresos y no tendrás que ver a esos idiotas que tienes por padres nunca más.
Quizás era la lección incorrecta y una que ni de chiste podría pasar en un guion para el show que filmaron durante varias temporadas, pero para el torcido mundo del entretenimiento era un consuelo más que aceptable.
—Hey, una cosa, Devon…
— ¿Qué sucede?
— ¿Cuándo me enseñaras a beber?
—Cuando crezcas chico…cuando crezcas…
*
El día del funeral se fue rápidamente y Josh había sido honrado con el privilegio de cargar el ataúd de Devon hacia su morada final; en la noche, cansado, regresó a su apartamento, donde Mel veía la televisión en el sillón luciendo aun enferma pero mejor.
—Josh…
—Hola Mel…veo que te estás sintiendo mejor…—Le respondió mientras se quitó el saco que traía y se dirigió hacia su dormitorio.
—Oye… ¿Cómo te fue hoy? No me quedó claro que fue lo que hiciste estos días
— ¿No te lo dije ya?
—Me murmuraste algo pero andaba medio tarada por la medicina…
—Luego te lo cuento Mel; otro día, cuando ahora si estés mejor…
Más tarde esa noche, Mel entró al dormitorio de Josh, con este recostado, aun despierto, con una cara de completa nostalgia.
— ¿Qué pasa Mel?
—Josh…estuve en la Internet un momento, perdón por usar tu PC…y en verdad deberías tener el habito de borrar el historial, digo ¡Yo no sabía que hubiera porno de eso…!
—Mel…
—Lo siento, lo siento, pero es que, bueno, vi la nota del funeral para tu amigo y…tengo que saberlo ¿estas…bien tu?
—Algo…mejor, fue un buen servicio
— ¿Así que hablaste en el funeral eh? ¿Y qué dijiste…?
*
Aquel día, durante el servicio, Josh tomó la palabra frente a los dolientes en la catedral
—No soy hombre de momentos…pero voy a hablar con la poca sinceridad que le queda a uno tras años de trabajar en Hollywood; Devon será extrañado por muchos de nosotros, y aunque no había tenido contacto con él en años, cuando supe la noticia, sentí como si hubiera sido ayer la última vez que lo hubiera visto; el interpretó a mi padre en un programa de televisión, pero en cierto modo, tal vez haya sido lo más cercano que tuve a una buena figura paterna real, y, esperando que no suene demasiado fuera de lugar, quisiera decir que aunque no tenemos lazos de sangre reales, de algún modo, siempre me hizo sentir como si fuéramos de la misma familia…Adiós Devon…te extrañaremos…
*
Mel se quedó dormida, pero Josh siguió despierto, y sin poder dormir nuevamente, se levantó y fue hacia aquel cuarto mugriento donde guardaba todo aquello que no fuera cerveza o dinero; recuerdos, ropa que ya no usaba, y una caja de viniles antiguos.
— ¡Ah, aquí esta…!—Josh dijo al encontrar un disco especial para él
Y con un viejo tocadiscos que aún conservaba, la música de Louis Armstrong comenzó a sonar; "La Vida en Rosa" abrió la "función", y Josh abrió dos cervezas; una se la quedó, y la otra la dejó en una mesita; chocó ambos envases e hizo un pequeño brindis.
— A tu salud viejo…
FIN
NOTA DEL AUTOR: Les dije que no sería lo último de Josh y compañía; ahora, se que quizás esta historia es muy parecida en sus temas a "El Viaje" (la primera historia de Josh) pero en todo caso, lo veo como cerrar un ciclo: Josh ahora no está solo, ahora no está a la deriva, y su futuro parece más brillante.
Nos vemos