UN PRIMER BESO
Eventualmente, todos llegamos a lo que muchos llaman con el eufemismo de "la edad de la punzada"; empezamos a experimentar ciertas sensaciones nuevas, a veces emocionantes, a veces aterradores, y otras veces psicóticas, y es ahí donde entran nuestros niños protagonistas.
Allyson y Jake habían sido amigos desde el jardín de infantes: ambos compartían el mismo sentimiento de ser inadaptados y relegados tanto por sus compañeros como por sus maestros (y en muchas ocasiones, por sus propios padres) pero el sentimiento que pronto compartirían los llevaría a través de una senda de confusión nunca antes vista en sus jóvenes vidas.
— Hola Allye...— le dijo el chico a las afueras de la escuela.
— Jake ¿Que sucede?— preguntó la jovencita, notando una extraña mirada en el rostro de su compañero.
— Es que...bueno, yo...hay algo que tengo que decirte...
— ¿Que...es?— Allyson dijo nerviosa, con sus mejillas tomando un color rojo intenso.
— Allye: tu me gustas, y mucho...y desde hace algún tiempo, he sentido esto: siempre me agradaste, como una amiga, pero ahora...ahora siento algo más por ti...
Allyson se asustó en un comienzo, pero cuando Jake dio sus pasos para acercarse, ella hizo lo propio; había algo, un magnetismo inusual que nunca había notado, pero que ahora no podía ignorar, y más importante aun: no quería ignorar...
— Allyson...
— Jake...
Ambos acercaron sus rostros, y a su vez, sus labios, y de poco a poco estos fueron a encontrarse...
— ¡¿Qué coño fue eso?!— Allyson gritó asustada, encontrándose sudando del espanto, con la respiración alterada, en la cama de su cuarto.
Su pecho sintió un enorme alivio al percatarse de la realidad: aquello no fue mas que un sueño, pero cierta angustia no se había ido de todo, y ciertamente no lo haría pronto, más aun cuando lo trató de analizar fríamente:
Ella había soñado que había sido besada por su mejor amigo desde la infancia...y le había gustado.
De camino a su escuela, la escuela primaria del barrio de Hopewell, donde ellos cursaban los últimos días del sexto año, Allyson se encontró con su otra gran amiga: Sarah Greenberg.
Si, ellas tenían menos tiempo de conocerse, apenas un par de años, pero junto con Jake, compartían el sentir de ser marginados, y a pesar de las diferencias de personalidad, de algún modo la dinámica de grupo.
— ¡Allyson, niña! ¿Como estas? ¿Te sientes bien?— Sarah le mencionó al verla.
— Si ¿Por qué preguntas?
— Estas...algo rosa.
El tono de piel de Allyson era muy pálido, a menudo, siendo descrito bajo el poco cariñoso termino de "blanco fantasma", así que cualquier emoción que la exaltara y la hiciera enrojecer le sería evidente a todo mundo como un enorme letrero sobre ella que dijera: "¡AVERGONZADA A LA VISTA! ¡TOME SUS FOTOS! ¡TRES POR UN DÓLAR!".
— Creo que me siento algo mal— Allyson le respondió — . pero no es nada, estaré bien.
— ¿Segura?
— Si...
Conforme Allyson y Sarah caminaban hacia su destino, la joven del extraño sueño vio su tono de piel recuperar su saludable "blanco esqueleto"...solo para volver a colorarse al ver llegar a un chico conocido.
— Hola chicas— Jake les saludó.
— ¡Hola Jackie!— Sarah le contestó con efusividad.
— Si Sarah, sobre eso..."Jackie"...eso no pasará.
—Perdón.
— ¿Y que tal tu Allye? ¿Estas enferma o algo?— notó Jake al verla con ese extraño color en su piel.
— No, no es eso, bueno, es que...¡Creo que comí algo de miel de abeja! — anunció Allyson, haciendo recordar que dicho alimento era una de sus alergias.
— ¿Y sales con eso? ¡Deberías estar bajo cuidado medico!
— Eh, pues...no, ya estoy bien, ya estoy bien— Allyson tomó la mano de Sarah y luego la de Jake para que tocaran su frente— ¿Ven? ¡Estoy bien!
Si bien Allyson era muy conocida por neurosis de gravedad no vistas en gente de a al menos el triple de su edad, sus dos amigos debían reconocer que esta vez estaba llegando a un limite nuevo.
— ¿Notas algo diferente en Allye?— Jake le preguntó a Sarah mientras ambos estaban en la cafetería esperando por su otra amiga.
— ¿Ropa nueva?
— No.
— ¿Frenos nuevos?
— Ella no usa frenos...
— ¿No? Caramba, Allye debería lavarse los dientes mas seguido.
Mientras cuestionaban su salud bucal, Allyson estaba en el tocador de señoritas hecha un manojo de nervios, aun mas de lo usual en ella.
— No hay ruborizaciones, ni nada...fue solo un sueño, fue solo una tontería, provocado por el kilo de frituras de la noche anterior— se repetía la niña lavándose la cara, alistándose para volver con sus amigos.
— Allye ¿Ya estas bien?— Jake le preguntó al verla tomar asiento.
— Si, solo necesitaba refrescarme un poco.
— Y también sacarte un par de barros de la mejilla no hubiera estorbado— Sarah añadió.
— ¿Se me nota demasiado?— Allye respondió algo herida por el comentario de su amiga.
— Tranquila Allyson, Sarah no lo dijo en serio— Jake le comentó para calmarla.
— Gracias Jake...
— Ademas— continuó su amigo mientras la tomó de las manos— para mi, eres la niña mas hermosa de toda la escuela...
— Em...¿Disculpa?— Allyson cuestionó, apenada por las dulces palabras de Jake, pero al mismo tiempo, sintiéndose mucho mejor, más aun al poder sentir sus manos tocando las suyas.
— Allyson: yo quiero...yo quiero...
Entonces Jake se levantó de la mesa, y se acercó lentamente al rostro de Allyson, y esta, no tardó en hacer lo mismo, apuntando sus labios a los de él.
— Allye ¿Que carajos te pasa?— Jake preguntó al ver a su compañera haciendo gestos extraños con los ojos cerrados.
— ¡¿Qué?!— Allyson gritó al recobrar la consciencia— es qué, estaba...recordando esa paleta que compré ayer ¡Si, eso es! Dios, estaba deliciosa.
— Pues por la posición de tus labios, guardaría eso para tu casa— Sarah comentó— si haces ese gesto en público, te ganaras una mala reputación, si sabes de lo que hablo.
Al día siguiente, Allyson se despertó, descubriendo que en efecto, una vez más, había tenido un sueño romántico con Jake; no podía negarlo, algo en ella estaba creciendo en dirección hacia ese amigo que tanto quería, solo que no de ese modo.
Al final de clases, Jake tenía que soportar un castigo: al parecer, no muchos toman con buen sentido del humor el vodka en las duchas del gimnasio, así que en esa ocasión, Allyson y Sarah salieron solo ellas dos de vuelta a sus hogares, pero en el camino, tenían mucho de que hablar.
— Sarah...
— ¿Que sucede?
— ¿Nunca has tenido algún sueño raro?
— ¡Uy, todo el tiempo! Ayer por ejemplo, soñé que tenía un caballo volador, pero no con alas, sino con hélices de helicóptero, y la noche anterior, soñaba que Egipto ganaba la medalla de oro en hockey, y la noche anterior a eso, que Ben Affleck hacía una película decente, y antes de eso...
— ¡Si, esta bien! ¡Entendí el mensaje! Pero no me refería a ese tipo de "raro".
— ¿Entonces?
— Bueno, primero dime ¿Que opinas de Jake?
— ¿Jake? ¿Que tiene que ver el niño?
— Nada en especial, pero por favor, responde.
— Pues es buen chico, ya sabes: divertido, algo gruñón, pero gran amigo.
— Y dime ¿Nunca has pensado algo mas acerca de él?
— ¿Algo mas? ¿De que hablas?
Y por enésima vez en el día, el rostro de Allyson se torno color de hormiga, y la señal no verbal fue captada de inmediato por Sarah.
— Santo Hashem...¿No me digas que Jake te gus...?
— ¡Ni lo digas!
Entonces, Allyson procedió a contar acerca de esos sueños, y del impulso que surgía en ella cuando veía a Jake de cerca.
— Caramba, pues si, es...sorprendente— Sarah le dijo, usando el único adjetivo que podía pensar de momento.
— Lo se, lo se y la verdad, no se que debo hacer.
— Bueno, siempre podrías...tu sabes, decirle.
— ¡¿Estas loca?!
— ¡Hey, no estoy loca! ¡Me detectaron bipolaridad, esquizofrenia, delirio de persecución, y algo de embarazo psicológico, pero eso no quiere decir que este loca! ¡Ahora deja de gritar que asustas al bebé!— exclamó Sarah acariciando afectivamente su propio vientre.
Y fue en ese momento que, al repasar el estado mental de Sarah, Allyson se percató que quizás había elegido al peor confidente posible: el perico de un salón de belleza era mejor guardador de secretos de lo que podía ser Sarah.
— ¡Solo prometeme POR FAVOR que no se lo dirás a Jake!
— ¡Claro que no!— Sarah respondió— pero...¿Por que no?
— ¡Porque somos amigos! ¡Y algo así amenazaría nuestra amistad!
— Bien, bien niña, lo juro, y para que veas cuanto te aprecio: te dejare ser la madrina de mi hijo.
— Eh...OK...
Y aunque dicen que cae mas rápido un hablador que un cojo, cuando de donde cojeas es el corazón, las cosas pueden cambiar, como comprobaron ser los eventos del día siguiente.
Era temprano por la mañana, por el cambio de horario en la ciudad, solo que Allyson no lo había recordado y llegó antes a la escuela; encontró su aula vacía, y sin nada que hacer, solo tomó asiento en su banca a hacer tiempo dibujando.
— Hey, hola Allye— saludó Jake entrando en la puerta— ¿por que tan temprano?
— Estúpido horario nuevo, olvidé poner bien mi despertador— Allyson respondió con tono de queja— pero ¿Tu por que estas aquí a estas horas?
— Necesitaba venir para alterar mis expedientes de la computadora de la escuela.
— ¿Y que tal te fue?
— Pues ahora tu seguro servidor tiene un 10 en Historia, Geografía y Voca...voca...
— ¿Vocabulario?
— ¡Si, esa!
Jake se sentó en una banca a la izquierda de Allyson en pose de logro, de haber conseguido un gran objetivo y quizás de satisfacción mal sana.
— ¿Te ha pasado algo?— el chico le preguntó a su compañera
—Algo así...
— ¿Si? ¿En que sentido?
Era el momento de decidir: ¿Lo decía? ¿Lo confesaba? ¿Era al menos apropiado? Sin dudas cambiaría algo, de eso no hay dudas ¿O no? ¿Lo hacia? ¿No lo hacia?
— Jake, tengo algo que decirte...
— ¿Qué?
Y a toda velocidad, Allyson presentó su respuesta.
— Desdehaceunasnocheshesoñ...
— ¿Como dijiste?
— Pues...Jake, he tenido estos sueños, donde tu y yo nos...besamos.
La cara de Jake cambió de expresión dramáticamente, ante aquello que su amiga le había confesado.
— Allye...no se que decirte...
Antes que Jake continuara con sus palabras, la joven se entregó al impulso y le plantó un beso al joven: aquello fue tan repentino, tan apasionado, tan...
...incomodo...inclusive, asqueroso.
— ¿Qué carambas fue eso?— Jake preguntó sonrojado y con apenas aliento al terminar aquel detalle afectuoso de su amiga.
— No tengo idea— Allyson respondió en tono monótono—. Pero sería bueno que no lo hiciera otra vez.
— ¡A mi que me dices! ¡Tu fuiste la que hizo..."eso"!
— Tranquilo, tranquilo ¿Que no lo ves? Este es solo otro de mis sueños psicóticos; en breve despertaré y será como si esto no hubiera pasado.
— Pues lamento quitarte la ilusión niña, pero...esto es real.
— No, no lo es.
— Si, si lo es.
— Pruebalo.
Y para comprobar el estado de realidad, Jake tomó gentilmente del antebrazo derecho a Allyson, y con una fuerza considerable le aplicó una torcedura a su piel.
— ¡¿Que te pasa?! ¡Eso me dolió!— exclamó Allyson.
— Exacto...
Y fue ahí donde por fin se dio cuenta de la embarazosa verdad: no, no era un sueño, en verdad le había plantado un beso a Jake...y no fue uno de esos inocentes como cuando uno tiene menos de doce, sino con la agitación e impulso que uno adquiere después de dicha edad.
— ¿Que carambas hice?— Allyson cuestionó aterrada al meditar bien tal hecho.
— Calma Allye, no es lo mas raro que nos ha pasado ¿Recuerdas cuando cantamos en ese desfile el día en que nos fuimos de pinta?
— ¡Como olvidarlo! En frente de toda la ciudad de Toronto, y NADIE nos vio.
— Bueno, tampoco nadie nos vio ahora...pero dime...¿como se sintió?
— Pues...mal...
— ¿Tanto así?
— No de ese modo, pero fue como besar a un hermano de un modo en que no se besan los hermanos.
— Cierto...
Y si, fue una situación incomoda, pero había una verdad que trascendía vergüenzas y humillaciones: la amistad entre estos chicos era demasiado fuerte como para ser arruinada por una tontería, y si había sobrevivido actos al azar de vandalismo, fármacos para controlar el comportamiento y...Sarah, nada lo podría arruinar, aunque eso si: Allyson fue muy clara con una cosa.
— Jake...
— ¿Si?
— NUNCA hablemos de nuevo de esto.
— Hecho...
Y el mundo parecía encontrar su equilibrio una vez más, pero a pesar de lo jurado, Jake no pudo evitar que Sarah le sacara la verdad, una noche viendo una película de terror en la casa de ella.
— ...y eso fue lo que pasó— concluyó Jake su historia.
— Eso si que fue una historia...
— ¿Y que piensas?
— Pues entiendo la situación muy bien Jake...mas de lo que crees— Sarah le respondió poniendo su mano junto a la de su compañero, de una manera demasiado cariñosa para ser de simple "amistad"
— ¿Que...sucede?
— Jake, tu...tu me gustas, y mucho...
Y entonces los labios de Sarah se juntaron y se aproximaron al rostro de Jake; este sabía que debía negarse, pero algo se lo impedía, y en todo caso, respondía al magnetismo y atracción provocado por su amiga...
— ¿¡Qué coño fue eso!?— Jake se levantó de su sueño, encontrandose nervioso, empapado en sudor, con apenas aliento y avergonzado...
FIN
*
NOTA DEL AUTOR: Para los nuevos lectores de estos personajes, pueden ver esta historia como un simple shot sin relación a nada y autoconclusivo; para los que ya conocen a los personajes, esta es una precuela de los chicos de Hopewell en sus doce años entrando a esa etapa de dolor, humillacion y transpiración llamada "pubertad".
Así que, si quieren verla como una u como otra, funciona de igual manera; y si alguno esta interesado en estos personajes, pueden seguirlos en su serie regular, "El Club de Hopewell"; como sea, mil gracias por leer, y de nada hace daño un pequeño review XD
Y por cierto: ¡Felices Fiestas!