TERAPIA

Donovan no aceptaría otra decepción más, y estaba al borde de cometer una gran locura: su alma estaba cansada, su corazón despedazado, y su cuerpo no podía con su propio peso: quería morir, quería terminar con todo de una vez y por todas.

Solo así pararía el sufrimiento...

Pero no estaba solo: nadie nunca lo esta en realidad, y con todos sus amigos y familiares, esperaba salir adelante: le tomaría mucho, pero lo lograría: no había otra opción.

Su amor estaba en brazos de otro: la historia de su vida, se decía, pero por más que lo había soportado en el pasado, ya no estaba seguro de poder hacerlo, y aun pudiendo, el no lo deseaba: estaba harto, desesperado y buscando la salida más fácil de todas.

—Se que es difícil de afrontar joven, pero no es el fin del mundo—le comentaba su terapeuta, aquel al que le habían mandado a ver para tratar su depresión.

—Comprendo lo que dice, pero el dolor es...insoportable—contestó Donovan, a punto de romper a llorar en el diván del consultorio.

—Todos tenemos problemas, así es la vida, y a pesar de lo mucho que pueda doler, eso es pasajero, y pronto encontrará nuevos motivos de felicidad, pero debe hacer algo primer por su propia cuenta.

—¿Como qué?

—Bueno, siempre ayuda escribir: es una terapia común pero creame, muy efectiva.

—¿Escribir?

El doctor procedió a explicar como a veces plasmar ese dolor y angustia interior ayudan a sobrellevarlos: no es una cura, ojala lo fuera, pero ciertamente era un paso en la dirección correcta.

—Bien...¿Sobre que escribir?—se preguntó Donovan frente a la pantalla de su ordenador.

Pensar en esa primera idea era complicado: a veces, uno tiene muchas emociones y conceptos, pero difícilmente algo concreto, y domarlos es complicado y laborioso, pero de hacerlo, esperaba que el resto fluyera con más facilidad.

Un consejo básico es escribir sobre lo que uno sabe ¿Y de que sabía Donovan? No mucho, no era una mente brillante ni particularmente cultivada, pero...había algo que conocía muy bien.

Y entonces comenzó a escribir, sobre un joven llamado Anthony, que estaba desesperado porque aquella que amaba no estaba junto a él...si, era una idea malisima, pero ¿Acaso era el objetivo buscar publicación? ¡NO! Solo deseaba proseguir con la terapia, y al no tener mejores ideas, esta tendría que ser, de pedazo a pedazo, las lineas estaban construyendo una narrativa, una historia:

"...Y entonces el doctor le dijo a Anthony.

—¿No has pensado en escribir? Se que es algo muy simple, pero funciona casi todo el tiempo?

Y Anthony se fue de regreso a su hogar pensando en cumplir con la tarea que le habían puesto, pero...¿Sobre que escribir? Ese era el detalle: el no conocía de muchas cosas, y no era alguien precisamente inteligente o agudo, pero había un tópico muy familiar para él en estos momentos en particular..."

No era la gran cosa, pensó Donovan, pero si con esto se ayudaba de algún modo, bienvenido, y tras algún tiempo, las palabras se transformaban en hojas enteras: la extensión del relato aumentaba y aumentaba, pero solo eran cosas reiterativas y superficiales que nunca iban a ningún lado...

...como su propia vida.

Y un día, Donovan decidió terminar con su personaje de una vez por todas, del mismo modo en que el había deseado solo unos días antes:

"...Anthony casi había terminado su relato, pero la desesperación, más que disminuir, había aumentado. Esta vez, escribir no servía de nada: podía hacer una nueva Biblia de Alfa a Omega y de nada funcionaría, así que, justo antes de terminar, tomo un revolver, lo puso en su boca, apretó el gatillo y se suicido...

...esas historias, tanto la de su vida, como la que tenía en papel, jamás conocerían fina..."

Donovan no pudo escribir más: era demasiado doloroso, y esta terapia no funcionaba para él: podía escribir una nueva Divina Comedia y de nada serviría...

...¿Dejaría acaso el también su obra sin terminar?

Donovan tomó un revolver que había adquirido semanas atrás: lo puso en su boca, apretó el gatillo y se suicido también...su obra, tanto de vida como de ficción quedaría inconclusa.

Así es la vida: a veces, el dolor, la desesperanza, la angustia y el miedo nos impiden terminar lo que empe