A Allyson le habían dicho que su poesía era de calidad, más el mensaje enviado por el Consejo de aquel concurso en el que entró decía lo contrario.

—¿Te fue tan mal?—preguntó Jake mientras junto a Allyson y Sarah compartían una comida en una mesa de un vulgar puesto de comida rápida.

—¿Tu que crees?—Allye le enseñó entonces una carta de rechazo para la entrada al concurso de poesía al que tenía aspiraciones de participar.

—¿Pero qué tiene de malo? Bueno, si, es meloso y sentimentaloide, pero casi toda la poesía me parece así.

—No lo se, pero sin dudas me dejó sorprendida, digo ¿Soy tan mala poetisa entonces?

—Claro que no.

Las miradas se esos dos chicos se posaron en Sarah, ocupada con los acertijos del mantel, hasta que sintió la presión en los ojos de sus compañeros.

—¿Qué me ven? ¡Estoy ocupada!

—Si, estoy seguro que sin tu ayuda Ronald McDonald no podría hallar la salida de ese laberinto—Jake comentó.

—¡No te burles! ¡Fracasé con el Chicky Pack y no fracasaré de nuevo!—gritó Sarah, llamando un poco más la atención de los comensales

—Tranquila Sarah, tranquila, que no queremos llamar la atención: puede haber matones de la Mafia Rusa, caza-recompensas o peor aun: nuestros padres—.

La discusión prosiguió un poco más, pero para Allye no había nada más sobre que platicar: aun tenía en su mente el hecho que se aquel rechazo fue una revelación: que no era tan buena como creía, o que incluso podía no ser buena de todo.

Ojala pudiera tener alguien con quien hablar de estos tópicos, pero eso no pasaría con sus dos amigos: Jake no lee nada que no tenga tetas al descubierto, y Sarah solo disfruta como lectura los instructivos para armar equipos de sonido es albanés; no había alguien con quien compartir sus inquietudes literarias

Así que llevó su caso a lugares y personas insospechadas...

—Mamá ¿Estas muy ocupada?—preguntó Allyson con timidez en su voz al ver llegar a su madre Colleen del centro de la ciudad, aquella tarde.

—No ¿Qué pasa? ¿Tu amigo Jake quiere más dinero para alguna fianza?

—No, ya le dije que ya no me ibas a ayudar con eso...

Con nervios y temblorina en su mano, Allyson con miedo se acercó a su madre con una hoja donde estaba impreso el poema.

—¿Qué es eso hija?

—Me gustaría que...si no es demasiada molestia, si pudieras leer...esto...

Y la adolescente alzó su mano con la hoja de papel que, ante la presión que sentía, estaba arrugada por su propios dedos.

—¿Qué es esto?

—Es una pequeña cosa que escribí y...bueno, quisiera que me dieras tu sincera opinión...

—¿Es un poema?

—Pues...si.

El rostro de Colleen denotó sorpresa ante lo que veían sus ojos, y gustosa tomó asiento en el sillón de la sala y leyó el texto, a lo que Allyson correspondió con caminar de un lado para otro esperando a las afueras de dicho cuarto limpiándose con unas servilletas de la mesa el sudor de su frente.

Después de un par de minutos, Colleen se dirigió a su hija con el veredicto.

—¿Y bien?—preguntó Allye

—Esta muy bien hija, es muy bueno.

—¿Lo dices de verdad?

—¡Claro que si!

Las palabras de aliento de su madre le dieron ánimos inesperados, y Allyson subió con una sonrisa a su habitación, más no podía ignorar el hecho que aquel comentario se le hacía conocido, y tras acostarse en su cama, su mente le señaló de donde salió.

—Mmm...¿No me dijo eso también cuando me obligaron a ponerme ese estúpido vestido rojo para la boda de mi tía y que hacia ver mis caderas como un camión de basura?

Y luego recordó que las madres, a menos que sean unas arpías sin corazón (o judías), siempre dirán lo mejor para consolar y alentar a sus hijos, ya sea en su literatura amateur o en un vestido digno de Lady Gaga antes de ser Lady Gaga.

En pocas palabras: una opinión de madre no le sirve.

Necesitaba encontrar la retroalimentacion que requería por otros medios, y al tener un circulo de conocidos limitado, se volcó a los medios electrónicos.

—Fictionpress, espero que sirvas de algo—Allyson comentó tras enviar su poema a una pagina de escritores novatos, con la expectativa de hallar la opinión que buscaba oír.

Pero eso no pasó.

Allye esperó el primer día, y no había algo aun, pero al ser su primera obra en el sitio Web y al tener solo 24 horas en este, imaginó que era solo cuestión de darle tiempo al tiempo.

Más sin embargo, tras el pasar de los días, era obvio que tal plataforma era inútil.

Bueno, así les debe pasar a todos, quizás simplemente la comunidad no es tan recurrida, pensaba Allyson, pero al ver la enorme fanaticada de novelas juveniles cursis como "Los Sueños Secretos de Sonny" se dio cuenta que ahí no obtendría el consejo que requería.

Bien lo dijo U2, y podría definir lo que Allye sentía: ella seguía sin encontrar lo que estaba buscando.

Pero finalmente la fuente del consejo que buscaba llegaría de aquella a quien llamaba de cariño "La Gran Puta del Oeste" aquella noche de viernes.

—Hola hermanita—saludó en el mensajero instantáneo la cuenta de Jessica...su hermana mayor.

—¿Jess? Hola, pero...¿Que sucede?

—Solo para avisarte que de hecho ya pude leer tu poema.

Y sudor frío apareció en el rostro de Allye al leer esas palabras en el monitor.

—¿De que hablas?

—El poema que me enviaste; SI, se que me tardé mucho, pero andaba ocupada con las clases y bueno...las fiestas de la Fraternidad ¡Pero por fin lo pude leer!

—Solo una cosa, un detalle ínfimo, algo pequeñito: ¿Como conseguiste mi poema? Digo, no...no recuerdo haberte enviado eso.

—Y no creo que haya sido tu intención, pero apareció en mi bandeja de entrada y pedías alguna opinión, y...bueno, eso era todo.

Entonces Allyson, tras repasar los pasos de sus acciones, se percató que tomó el poema del mail que había enviado originalmente para el concurso, y que erróneamente envió el correo a todos sus contactos...no tenía demasiados en realidad (tremenda vida social), pero en el estaban la dirección del certamen, Sarah y Jake, y claro esta, su hermana Jessica.

—Y entonces — Allye pensó que al menos podía sacarle una opinión— ¿Que opinas?

—No esta mal, pero en lo personal, tiene dos problemas: primero, es demasiado sentimentalista, y eso lo hace ver un tanto inmaduro y juvenil.

Y ahora que lo mencionaba, quizás el titulo "Amor Interminable en el Fin del Mundo" era algo...exagerado.

—¿Y cual es el segundo problema? —preguntó Allyson

—Usas demasiados adjetivos...

Y algo en su mente se iluminó, al menos, tras poner en perspectiva la opinión de Jessica ¿Usar demasiados adjetivos? Emocionada, liberada, relajada, tranquila, fascinada, calmada, serenada y sonriente vio que quizás, un muy pequeño "quizás", su hermana tenía razón...

...y estresada, molesta, amargada, presionada, alterada, paranoica y obsesiva repasó lo que su mente había pensado:

Su hermana tenía razón...

—¡ESPERA! No te ofendas por cuestionar tu conocimiento en poesía pero...¿De donde rayos salió ese conocimiento en poesía?—preguntó Allye

—Llevé un par de clases de Literatura Universal, no es la gran cosa...

—¿Así que...sabes cosas?

—Necesito saberlas: no todo es alcohol, sexo y drogas.

Allyson compartía dos de tres intereses con su hermana, así que no podía descartar de todo el hecho que los espacios del cerebro de Jessica tuvieran de hecho conocimiento.

Pero al menos ahora era más sabia, y tenía ahora dos cosas en que mejorar: dejar los títulos melosos, y quitar los adjetivos inútiles, estorbosos, pasados, agregados y sobrantes lo más rápido e inmediatamente posible.

¡Ah! Y una cosa más: tus amigos y tu madre no te buscan herir, pero a tus hermanos no les importa decirte cuanto apestas en realidad.

*

NOTA DEL AUTOR: Sip, un novo cuento de Hopewell, y quiero aclarar algo: Hitto, perdón por la parodia, pero sabes que no lo hago de mala intención (y ahora tienes permiso de parodiarme a mi XD)

En fin, un pequeño review nunca esta de más...yo solo digo...