Ellos eran la familia que necesitaban, y la familia que habían conocido hasta ahora. No, no compartían un lazo de sangre, pero ese detalle luce muy superficial si se mide respecto a lo que en verdad importa, y eso que importa siempre lo encontraban entre si.
Por eso, fue difícil aceptar el hecho que esta temporada de fiestas los tres estarían separados, pero no se puede decir que no fue por buenas razones, ¿y quién sabe? Puede que saquen algo bueno a raíz de esto.
—Todo estará bien—Allyson decía tras un cariñoso abrazo a Sarah, en la terminal del aeropuerto de Toronto
—Solo serán unos días—Jake añadió
—Lo sé, pero...es que desde los conozco...
Sarah encontraba difícil manejar y unir sus ideas y pensamientos, pero de poder hacerlo, lo que hubiera dicho es que desde que los conoce, siempre han pasado estas fechas juntos, y no es que sean demasiado religiosos o sentimentales, pero cuando el mundo te escupe a la cara, tienes a unirte mucho a quienes están de tu lado.
—No te preocupes—Allye continuó animando a su amiga, al verla sin poder expresarse de todo bien—. Pasala bien con tu abuela. Ella es genial, de seguro serán unos días interesantes.
—Lo serán para todos—Sarah respondió, y tras esas últimas palabras, se fue a abordar su avión.
Y será solo cuestión de días pasar saber lo "interesantes" que serán estos días...
ALLYSON
Allyson veía con atención la obra en la que participaba su hermana, Jesssica, en un pequeño teatro juvenil. Era la primera vez que tenía la oportunidad de ver sus habilidades actorales en un escenario, y en el fondo ella esperaba un pequeño desastre, pero en realidad,
—¿¡Qué creen que soy!—Jessica gritaba sus lineas con pasión, como la jurado de una versión moderna de "12 Hombres en Pugna"—¿Una idiota? ¿No creen lo que el anciano dijo? ¿Y qué hay de lo del arma? ¡Qué tiene con que hayan encontrado otra igual! Ese hombre lo vió. Justo ahí desde las escaleras. ¿Qué diferencia hacen los segundos?...
Allye ahora podía confirmar una cosa al verla, vestida, caracterizada, dando todo de si: Jessica era en verdad una gran actriz, y sobre el escenario, sencillamente brillaba. En pocas palabras: tiene talento, y no es como si lo hubiera puesto en duda alguna vez (Allyson ya conocía que Jess tenía un buen don histriónico al poder engañar a su madre para que le diera dinero para libros cuando lo que quería era comprarse una nueva falda) pero era algo extraño para sus ojos: ¿Esa era aquella chica que vivió tanto tiempo en su hogar? ¿Esa mujer talentosa, concentrada en nada más que en dar el mejor desempeño posible? Allyson no recordaba ver a su hermana tan apasionada por algo.
—...malditos niños—Jessica continuaba, mientras su personaje veía una fotografía— ¡Te rompes la espalda por ellos! ¿Y qué te dan a cambio?
Jessica entonces comenzó a temblar, a estrujarse, y a romper en un llanto mientras tomaba asiento en la mesa y rompía la imagen en mil pedazos.
—...inocente...él es inocente—el personaje lamentaba.
Al terminar la obra, la audiencia se levantó a aplaudir, y los aplausos se oyeron más altos al presentar a Jessica, mientras ella responde a esa reacción con una sonrisa y una reverencia.
—Jess—Allye dijo al encontrar a su hermana más tarde, en los camerinos—. Eso fue...caramba...
—¿"Caramba"?—cuestionó Jessica, mientras se terminaba de vestir con sus ropas normales—. Bueno, lo tomaré como cumplido.
—Lo siento, sé que no fue el mejor adjetivo posible, pero es que no pensé que en realidad fueras tan...
Allyson se tomó un poco de tiempo porque decir esa última palabra requería un acto más complicado de lo que parecía: comerse un poco su orgullo.
—¿Si, hermanita?—Jessica preguntó al notar el silencio hacerse más extenso
—...buena...en verdad eres buena.
—¿No tenías fe en mi verdad?
—Si...no...bueno, no sé en realidad, es diferente: te veo como lo que eres, mi hermana, pero ahí te vi como...una actriz.
—Para eso me contrataron.
—Y de verdad les gustas.
—Solo eran como once en la audiencia, y tú viniste porque te lo pedí, y tres porque el jurado número tres los invitó a una fiesta de éxtasis después de la obra.
—Tal vez, pero aunque vinieron por los sobornos, se quedaron por la hermosa actriz pelirroja haciendo uno de los personajes más difíciles del moderno teatro.
Y Allyson, repensando bien lo que dijo, notó que había dado un honesto y sincero comentario de apoyo: no sarcasmos, no ironías, no dobles sentidos. En verdad se sentía feliz por su hermana, y no podía evadir el preguntarse cuando empezó a sentir verdadera simpatía por Jessica.
La hermana mayor se acomodó bien la blusa, se pusó su abrigo, y después de un vistazo al espejo, buscó a Allyson en un abrazo.
—Gracias—Jessica le murmuró
—De nada Jess...de nada.
Ambas salieron encontrando un frío apenas soportable; Allyson agradecía en ese momento haberse empalmado entre ropa al sentir el viento gélido, aunque, en lo que parecía ser una cosa más en la que la superaba, Jessica no parecía resentir el clima, y con un abrigo y una boina bastaba para resistir las condiciones.
—¿En verdad no tienes frío?—preguntó Allye—Yo me estoy congelando, si me quedó quieta un momento, terminaré como una interesante decoración a las calles de Toronto.
—No, estoy bien.
Allye dejo de lado sus quejas al ver el contraste en el rostro de su hermana: hace tan solo unos minutos, tenía una expresión poderosa y segura, pero ahora, se veía cabizbaja, tímida (quizás más que ella misma)
—Jess—Allye trató de restablecer el ritmo de la comunicación—, es bueno saber de ti, sabes...
—Lo mismo digo hermanita.
La respuesta de Jessica, a pesar de intentar sonar afable, se sintió corta, Allyson sabía que debía preguntar cosas que no deseaba, y que Jessica tal vez se reservaba respuestas que no ansiaba contestar.
—Oye, por cierto Jess, ¿cuándo regresaste a la ciudad?
—Hace solo un mes, creo.
—¿Entonces...dejaste la escuela, no es así?
—La matrícula era alta y...pues, ya sabes, igual ni era lo que deseaba estudiar, y luego escuché de este pequeño teatro, me sirve para agarrar algo de practica.
—Pero, ¿es voluntario verdad? ¿no te están pagando o si?
—A veces el director nos invita el almuerzo...
—Eso no es lo que pregunté, Jessica.
—No te preocupes, trabajo y tengo un lugar por ahí, no es la gran vida, pero tiene cierto sabor bohemio que no cambiaría por nada.
Jessica era una buena actriz, pero ni siquiera ella podía engañar a Allyson. No soltaba toda la verdad, eso lo sabía, pero presionar para saber más, al menos por ahora, sería demasiado; eso tendría que averiguarlo después.
—Ahí viene mi autobús—Jessica comentó, al ver en la esquina acercándose su medio de transporte—¡De nuevo, muchas gracias hermanita!
Jessica abrazó de nuevo a Allye de un modo "express" y corrió para tomar el vehículo. Se veía sonriente, pero no feliz, al menos no lejos del público.
La noche siguiente, una noche de domingo, Colleen y Allyson decoraban el árbol de Navidad; ninguna de ellas era gran creyente en cuestiones de fe, pero era la inercia de la costumbre colocarlo, y con cada esfera y cada adorno, Allyson buscaba dentro de si el valor y la fuerza (o la estupidez imprudente)
—No recuerdo bien...¿las figuras de los extraterrestres verdes de ToyStoryson navideñas o no?—Colleen mencionó
—Si no tuvimos problemas para colocar los leones chinos que nos dieron en ese restaurante no veo porque deba haber problema con los extraterrestres—respondió la hija.
—Si, supongo que tienes razón.
—Oye, mamá...
—¿Si, Allye?
—¿No crees que alguien falta aquí?
—Hablamos de esto todos los años Allye: tu papá te envió los tradicionales 100 dólares.
—Si, ya los gasté de hecho, pero me refería a otra persona...otra mujer Martin.
—La abuela está muy senil para viajar y lo sabes: no fue la misma desde que la tía Jennifer se volvió el...tío Jason.
—Esa no la sabía...pero no, es decir...
—Allyson. Estás tartamudeando otra vez.
—Lo siento. Lo que quiero decir es...¿has sabido de algo sobre Jessica?
Colleen se detuvo, y su expresión se torno solemne y sobria.
—¿Por qué preguntas hija?
—No lo sé. Hace un tiempo que no viene a casa, que no sabemos algo de ella, y son fechas especiales, Navidad, el nacimiento de Santa Claus. Todo eso.
—No he sabido de ella...¿está mal, no es así?
—¡No, no! Es solo que has tenido unos días...semanas...bueno, meses muy ocupados, y no le prestaste atención al...paradero de tu primogénita...¿debo callarme verdad?
Colleen no respondió. Solo colocó los últimos adornos, y después tomó las cajas para guardarlas en el ático.
—Mamá, ¿hay algo de lo que quieras hablar?
—No.
—Entonces...em...¿hay algo de lo que no quieras hablar?
—No.
—Al menos dejame ayudarte con las cajas, ¿no?
Colleen se detuvo y pensó sobre esa sugerencia un par de segundos...
—No.
—Mamá, sabes bien que esto es muy inmaduro.
Colleen subió por las escaleras, aventó las cajas al fondo del ático y bajo dirigiendose hacía su dormitorio.
—¡Hablo en serio!—insistió Allyson—¿Vas a ignorar el asunto por siempre?
—He ignorado muchas cosas: tu padre, el idiota del trabajo que quiere salir conmigo, los quistes que me detectaron en el útero, ¡puedo ignorar esto!
—¿En serio?—Allye se puso de frente entre su madre y la puerta de su habitación—¿Vas a ignorar a tu propia hija?
—Jessica...es complicado, ¿de acuerdo?
—¿Qué es complicado? ¿No querer estudiar lo qué tu querías y la ignoras por eso?
—¡Es más complicado que eso! ¿De acuerdo? ¿Sabes lo difícil que es eso de la actuación? ¿Y de la gente que busca aprovecharse de mi desesperación? ¿Qué tal si termina en la calle, en una porno? O peor aún, ¿qué tal si termina como uno de esos actores fracasados como Andy Dick o Josh Horwitz?
—Oí que a ese último lo nominaron al Oscar...solo digo.
Era comprensible la preocupación de Colleen: los padres al final del día solo quieren dejar una carga más ligera a sus hijos, y en efecto, la actuación es un mundo duro y competido, y las oportunidades son escasas y se pelean con todo.
—¿Es todo lo que vas a decir?—Allyson preguntó
—Por hoy, si...
Allye ya no le impidió a su madre entrar a su cuarto y cerrar la puerta tras de si. Ella no tardaría en hacer lo mismo, con angustia, preocupación.
Pero al repasar en la tranquilidad de su cama los argumentos de Colleen, notó una curiosa selección verbal en sus palabras.
—"¿Y de la gente que busca aprovecharse de MI desesperación?"—pensó
En la mesa del comedor, mientras Allye comía su cereal, Colleen pasó junto a ella, todavía en bata de dormir, buscando un poco de jugo en su nevera.
—Buenos días Allye—saludó la madre.
—Buenos días, Señorita Mars—respondió
—¿Cómo...me llamaste?—Colleen preguntó tras cerrar la nevera, con un rostro de sorpresa tirando a espanto.
—Señorita Mars...¿se te hace conocido ese nombre, mamá?
—¿Dónde lo escuchaste?
—Internet...y ahora, vuelvo a decir: ¿Hay algo que quieras decir?
—Fue en los 90, estaba desesperada y...en fin, ¿qué leíste?
—Leí que de 1990 a 1992 una joven actriz llamada Colleen Martin se cambió el nombre a "Colleen Mars" para sonar con un poco más de StarPower y estuvo en tres películas, ¿me equivocó?
—Si, ¿quién podría olvidar mis grandes papeles? La vendedora de café número dos, la intendente chimuela y la vendedora de café número tres
—En pocas palabras, ¿querías ser actriz?
—Lo intenté, y ya viste lo bien que resultó ser eso, ¿crees que Jessica sacó ese gusto de la nada? ¡No! Yo también lo deseaba, al menos en algún momento de mi vida, pero...puedes imaginarlo: malos papeles, falta de dinero y finalmente dejé ese sueño.
—¿Y no te arrepentiste? ¿No te arrepientes de vez en vez?
—En ocasiones pienso en ello más que en "arrepentirme", pero es algo que simplemente deje atrás, y fuera de ser una curiosidad, no lo lamento...menos al tener unas hijas como ustedes por que trabajar.
Allyson no esperaba ese último comentario, pero es uno de esos detalles que no tienen sentido al ser pequeño pero que eventualmente comprendes: si, Colleen trabaja largas jornadas dignas de una esclava de plantación, pero no es por no querer verlas, es porque quiere darles una mejor vida, y si actuá a veces de manera intransigente...quizás es porque hay una razón.
—Pero mamá...una de nosotras no está aquí.
—Lo sé, y...creo que ya sabes lo que hay que hacer...
Una llamada y un viaje en auto después, ambas llegaron al edificio de apartamentos donde Jessica vivía: era...justo lo que uno puede imaginarse para inmigrantes chechenos y trabajadores de salario mínimo; Colleen estacionó el vehiculo en la calle anterior, sería Allyson quién fuera por su hermana.
—¡Hola Allye!—Jessica saludó tras salir del edificio, viendo a su hermana en la acera
—Hola Jess...así que...¿aquí es donde vives?
—Hey, puedo pagarlo...más o menos...¿qué querías decirme con tanta urgencia?
—Hay tanto que no se por donde empezar...no, espera, si lo sé.
Allyson volteó a su derecha, sin decir una palabra, y Jessica hizo el mismo movimiento por curiosidad: era su madre, acercandose a las dos.
—M-mamá—con sorpresa murmuró Jessica—¿Qué haces aquí?
—Hija, creo que es hora de enterrar el hacha y...bueno, en pocas palabras: exageré por lo de tu carrera.
—¿Hablas en serio?
—Si Jess. Hablo en serio.
—Pero entonces, ¿no tienes problemas con que sea actriz?
—Te seré honesta: no sería mi elección, me gustaría que fuera otra cosa, algo más seguro...pero ese es el detalle: no es mi elección, es la tuya, y si eso es lo que quieres, pues no puedo decirte que hacer.
—Mamá...eso es...gracias...
Y Madre e hija se unieron en un abrazo de conciliación; el camino no estaba de todo llano todavía, pero al menos ya no era tan espinoso como el tramo anterior, y eso ya era una ganancia.
—Jess—Colleen dijo—.Ven con nosotras, vamos a casa.
Pero justo al dar la espalda Colleen y Allyson, Jessica dijo su respuesta:
—No.
—¿Qué dices?—la madre preguntó
—Quiero decir que, no es que siga enojada, o que quiera herirte, pero...tengo un trabajo, tengo un hogar, actuó...estaba en una burbuja estos últimos años, y ahora salí, y no fue sencillo acostumbrarme, pero no puedo ya imaginarme volver a casa a vivir con mi madre: tengo mucho que hacer, demasiado en realidad, y no he completado nada. No puedo irme, simplemente no puedo.
—Hija...¿¡No hablas en serio, o si?
—Nunca he hablado más en serio en mi vida.
Colleen no sabía que decir, ni como reaccionar, pero en cierto modo, lograba empezar a entender lo que Jessica quería decir, y aun si es un error, ese error merece ser descubierto por la misma Jessica, no por ella.
—Si es eso lo que deseas, pero...bueno, comprendo...pero, ¿estarás con nosotros en Navidad, verdad?
—No podría no estar—Jessica contestó.
Jessica lucía...es complicado tratar de ponerlo verbalmente: es más que "segura", ella se veía poderosa. Sabía lo que quería, y lucharía por obtenerlo. La propia Allyson se preguntaba, ¿Es esa la chica superficial y bonita que la molestaba? No podía ser: Jessica se veía adulta, se veía madura, se veía preparada; se veía como nunca la vieron antes.
—Por cierto mamá—Jessica añadió—¿Quieres venir a la obra la próxima semana?
—Hija...no podría no estar...
Se abrazaron de nuevo, ahora con Allyson compartiendo el gesto de cariño, y se separaron, y después del transcurso de siete días, ahí estaban, en primera fila, para ver la función, cumpliendo su palabra, y Colleen quedó impresionada: su hija era buena, y no en el sentido de una madre que está orgullosa, sino en el de una compañera histrión que sabe reconocer una buena actuación.
Y fueron ciertas palabras del diálogo las que resonaron en la cabeza de Colleen más que cualquier otra.
—...malditos niños ¡Te rompes la espalda por ellos! ¿Y qué te dan a cambio?
Pero al menos, esta vez, tendrían mucho que hablar en la cena de Navidad.
FIN
NOTA DEL AUTOR: ¡Por fin! Al fin pude terminar los especiales de fiestas, y digo "especiales" porque como habrán notado, en vez de un solo one-shot para los tres, decidí hacer algo un poco distinto y darle a cada uno la oportunidad de ser el principal en su propia historia.
¿Por qué? Bueno, creo que es interesante ver como se desarrollar por cuenta propia, y como vieron, hay detalles pequeños que no se han mencionado pero dan una idea más clara de las historias y el background de cada uno.
Espero que hayan disfrutado este, el siguiente es el de Jake.
Y si tienen curiosidad y no lo han visto, chequen "Felices Fiestas": el especial de Hopewell del año pasado.
Shalom