De nueva cuenta, el gran (risas grabadas) actor (risas grabadas todavía más fuertes) Josh Horwitz había llegado a Toronto a una convención de nostálgicos que nunca superaron el hecho que "The Facts Of Life" ya terminó y que 1982 fue hace ya tres décadas.

—Recuerdame una maldita vez mas porque volví a Toronto —Josh comentaba a su asistente-novia-cómplice de fraude bancario, Melissa, o "Mel" mientras caminaban de salida del aeropuerto.

—¿Aire más limpio? ¿Medicinas gratis?—ella le respondió

—¡Cierto! Esas malditas protuberancias que tengo en la espalda...solo espero que...

—¿Si?

Josh dudo, y se notaba miedo en su mirada, en su hablar y hasta en su postura, cual si fuera el blanco de una persecución.

—Josh, en serio me pones nerviosa —Mel comentó—. ¿Hay algo que no sepa?

—No lo creo. Ya hemos compartido todo: tu adicción a las drogas, MI adicción a las drogas, tus alergias, mis alergias, tu fobia a los zapatos de corte abierto, mi fobia a los sujetos llamados "Devon"...

Mel tenía razón, así que Josh no titubeó más tiempo en comentarle el motivo de su inquietud.

—Hace años estuve aquí mismo, en otro tonto evento de nostalgia, y en mi vida he visto toda clase de acosadores: los que quieren besarte, los que quieren un mechón de tu cabello, los que quieren masturbarte para poder embarazarse...y luego esta...ella.

—¿Ella?

—No recuerdo su nombre, pero nunca olvidaré su cara: ojos locos, pelo ondulado, y...

—¿Si? ¿Y...?

—...pues parece que si se me olvidó el resto.

—¿Cómo puedes olvidar el rostro de una acosadora que te causa tanto miedo?

—Fue hace ya algún tiempo —Josh justificó —. Ademas...mi hospedaje incluía barra libre.

—Oh, por supuesto —Mel asintió, entiendo el porque del olvido —; pero no tienes que preocuparte, ya tuve una oportunidad de salvar tu trasero en una ocasión, ¿crees que me quedaría sin hacer nada si alguien trata de amenazarte?

—Solo si fuera noche de Hockey...

Mientras el dueto recién llegado de Hollywood se alistaba para el hotel, la prensa, y los posibles simulacros de seguridad, Allyson en su cuarto ayudaba a su hermana con una escena de un proyecto en el cual Jessica podría actuar.

—No me interesa lo que digan de tu apariencia, Bestia de la Marisma, para mi, eres hermoso—Jessica leía con el guión en la mano

—¿Por qué tengo que ser yo la "Bestia de la Marisma"?—Allyson preguntó

—La Bestia no habla Allye, ¿me vas ayudar o no?

—Pues...de acuerdo..."gruñido, gruñido"—Allye trataba de interpretar lo que el guión decía.

Tras practicar, ambas se recostaron en la cama, con la hermana menor dejandose caer mientras Jessica repasaba una vez más el guión.

—¿Qué opinas hermanita?—Jessica preguntó

—Pues fuera del hecho que es una historia que haría avergonzar a Ed Wood y a Tommy Wisseau, no es tan mala...

—¿Y mi actuación?

—Jessie, si pudiste decirle con ojos de sinceridad a mamá que eras virgen cuando te preguntó si ya lo habías hecho, no necesitas convencerme en nada más de que en verdad sabes actuar.

—Allye, te hubieras ahorrado algunas palabras si solo me hubieras llamado "puta".

Jessica se dejó caer también, y ambas hermanas se quedaron silentes durante unos pocos segundos, solo mirando el techo sobre sus cabezas, y claro, cada una con sus propias batallas que librar en sus mentes.

—Jessica, en verdad no eres mala...de hecho...creo que puedes hacer esto—Allye comentó, tratando de un modo u otro decir un halago a su hermana, algo a lo que ciertamente no estaba acostumbrada.

—¡Gracias Allye!—Jessica exclamó—Significa mucho para mi.

—¿Eso fue sarcasmo o...?

—No, ¿te pareció sarcasmo?

—Algo, pero es porque creo que yo misma uso tanto sarcasmo que pienso que todos hablan así.

—Bueno Allye, a veces las cosas son tal lo que parecen, y en verdad agradezco que me ayudes, y que...ya sabes, me escuches.

Allyson se quedaba cada vez más incrédula: Jessica, la "hermana bella", la chica popular, aquella que podía tener todo de todos con solo el guiño de un ojo, se veía insegura, temerosa, esquiva incluso.

—¿En verdad tienes miedo eh?—Allye preguntó

—¿Se me nota tanto?—Jessica cuestionó

—Solo diré que no tengo planeado limpiar el sudor de mis sábanas.

—Lo siento...

Jessica se levantó de la cama, con el rostro colorado.

—Jess, solo lo dije en broma, no lo tomes tan en serio—Allyson trató de explicar, queriendo aclarar que solo fue por jugar y no con intención de molestarla.

—Perdón, estoy nerviosa...

—Deberías hacer algo para relajarte un poco...

—Bueno, ahora que lo dices...

—¡No más chicos en mi cama!

—¡Diablos!

—Mira Jess, ¿por qué no vienes con mis amigos a la convención que te platiqué? Será divertido.

—Gracias Allye, pero no quiero avergonzarte, además, no sé, eso de salir con los amigos de mi hermanita se ve algo raro.

—¿Qué problema tiene?—Allyson reclamó—Esos chicos son geniales, además, ¿no escribiste sobre ellos de hecho?

—Oh, ¿hablas de ese diario falso?

—Eso me causó curiosidad, ¿era una historia que escribiste no?

—Sí.

—¿Por qué lo escribiste sobre mi y mis amigos?

—Ya te lo había dicho: necesitaba nombres, y fueron los que se me ocurrieron.

—Lo entiendo —Allyson dejó en claro—, pero de ser ese el caso, ¿por qué no de tus propios amigos?

Jessica se sentó una vez mas al lado de su hermana, sonriente, bajando la mirada de un modo intermitente, algo incómoda por la pregunta

—Allye, no tengo demasiados amigos, o mejor dicho...

—¿Mejor dicho qué? —La menor de las hermanas implicó la necesidad de una contestación.

—No me presiones, no es algo sencillo de admitir —Jessica contestó—. La verdad es que en realidad, no creo tener amigos.

—¿Estás bromeando no?—Allye preguntó—¡Eres la chica popular! ¡Siempre estabas rodeada de gente!

—Lo sé—Jess contestó—, y es casi siempre el lugar más solitario que te puedes imaginar.

—¿De qué hablas?

—Hay una verdad de la cual me he dado cuenta después de varios años, y no creo que sea algo universal, no pretendo decir que todos los casos similares son así —Jessica planteó —, pero al menos, en mi experiencia, puedo decir que aquella persona que trata de ser amiga de todos, no es amiga de nadie.

Allyson se paralizó; podía esperar muchas cosas de su hermana, pero una muestra de cinismo y desencanto por la existencia viniendo de "Miss Popularidad" en persona era como escuchar a una princesa Disney citando a Sartré: técnicamente no imposible, pero uno no puede evitar rascarse la cabeza pensando qué clase de situaciones la llevaron a llegar a tales conclusiones.

De pronto, el cristal por el cual Allyson pasaba su mirada para juzgar a Jessica, se había resquebrajado, y no estaba lejos de empezar a romperse.

—Pero la pregunta —Allye, habiendo procesado la verdad ante ella presentada—, sigue sin respuesta, ¿por qué ellos?

—¿Quienes?

—Ya sabes: esos dos.

—Allye, lo negaré inclusive si me torturan —Jessica advirtió, sonriendo como jugadora acorralada, sin cartas ya para jugar—, pero lo creas o no, siempre te tuve envidia.

—¿Envidia? ¿De qué?

—De tus amigos, ¿crees que no los he visto? Parafraseando ese gran poeta, Bruno Mars: ellos tomarían una granada por ti.

—Lo de "gran poeta" es cuestionable, pero...caramba, no pensé escucharte decir algo así.

—Bruno Mars me pone pensativa.

—Hermana, necesitas escuchar más música, pero bueno, gracias...o algo así.

El día de la convención llegó, y Jessica, a pesar de sus dudas iniciales, aceptó ir al evento, en un centro de convenciones en el centro de la ciudad.

—¡Allye! ¡Aquí!—Sarah gritó al ver a lo lejos a su amiga y su hermana bajar de un taxi

—¿Qué está usando tu amiga?—Jessica preguntó al ver el modo en que Sarah estaba vestida (o desvestida)

—Está usando...la única razón por la que algún hombre leería una historia de comedia que tiene un casting 80% femenino...

—¿Crees que tendrían uno en mi talla?

—¡Jess!

Las hermanas Martin y Sarah y Jake se reunieron justo en frente de la entrada.

—Jake, Sarah, ya conocen a mi hermana Jessica; Jessica, mis chicos Sarah y Jake—Allye comentó.

—Así que...—Jake mencionó acercándose a Jessica—. ¿Tú luces como Allyson si Allyson fuera más alta, más esbelta, y más teto...?

Jake sintió entonces una patada en sus posaderas por parte de Allyson.

—¡No iba a decir nada malo! —El chico se defendió

—¿Qué ibas a decir entonces? —preguntó Allye

—Iba a decir...em...¿tectónica?

—¿Ibas a decir que mi hermana es más...tectónica que yo?

—¡Sí! ¡Eso es!

—¿O sea que Jessica tiene más movimiento de las capas de la corteza terrestre ocasionantes de la deriva continental?—Sarah preguntó

—A eso me refería con "tectónica", ¿no? —Jake, con más seguridad que argumentos dijo

—Sin duda las clases sobre geología ya no serán las mismas —Allye pensó.

Dejando dobles sentidos a un lado por un momento, el grupo entró a la convención finalmente, donde encontraron toda clase de individuos que venían en todos colores, tamaños y tallas de pantalón disfrazados de personajes que nadie fuera de los mayores de 40 recordarían, volviendo al cuarteto en cuestión en los chicos más jóvenes dentro del edificio.

—Nos están viendo —Allyson murmuró, sujetándose de uno de los brazos de Jake, asustada, al sentir los ojos sobre su ser.

—Ellos detectan la sangre nueva —Jake contestó.

—¿Son peligrosos?

—Allye, son solo fans de series y películas que ya ni "Nick At Night" pasa, cuándo mucho solo pueden...no sé...meterse con tu crédito hipotecario.

A pesar del temor con el que comenzaron su visita al lugar, no tardaron en asimilarse un poco con la multitud, y en verdad había toda clase de actividades y stands para disfrutar: funciones de episodios perdidos, sesiones de autógrafos con estrellas olvidadas, mesas de debate sobre si la "Isla de Gilligan" era una alegoría al infierno.

Mientras la platica entre ellos continuaba, Sarah parecía alejarse poco a poco del grupo, con algo de discreción; ella misma observaba con cuidado si sus amigos la estaban observando o no, y cuando sintió que era el momento correcto, no tardó en correr hacia su objetivo.

—¡Nada de eso! —Jake saltó sobre su amiga, haciéndola caer

—¿Qué pasa? ¿Por qué te me vienes encima? —Sarah preguntó.

—¿Por qué te me vengo encima...? ¡Ven! No quiero decir cosas vulgares, pero ustedes me invitan...

—En serio, ¿¡Por qué me tumban!?

—¿Ibas a escabullirte a acosar a ese actor otra vez, no es así? —Allye le preguntó

—Solo quería saber la ubicación del baño, ¡es todo!

—Si se te ocurre escabullirte a tus actividades acosadoras ni creas que pagaremos la fianza.

—¿Pero al menos vendrían a verme? ¿Verdad?

Sarah hizo un puchero y sus ojos se tornaron llorosos y brillantes: trataba de usar el truco de hacerse la niña tierna y buena para, en sus propias palabras: "obtener lo que quisiera".

—¿Acaso nos crees idiotas?—Allye le dijo—. ¿Crees que caeremos en esa trampa...otra vez? ¡No somos unos simplones de mentes planas! ¡Conocemos tus trucos! Somos más maduros y más sabios, no hay modo en que podamos...

Justo antes de terminar su diatriba contra Sarah y contra su actitud de "yo lo puedo todo", esa joven salió corriendo tras ser liberada por Jake.

—¡No me atraparan viva! —Sarah gritaba y se reía con su carcajada a todo volumen.

—¡¿Por qué rayos la dejaste ir?! —Allye reclamó a Jake mientras él se levantaba del suelo

—Porque...bueno, ¿podrías decirle que no a esa carita?

—Jake, un día de estos tienen que imponer la castración obligatoria...

—Si pudiera hacer una pequeña observación—Jessica intervino—. Quizás si pasarás más tiempo buscando a tu amiga antes que haga algo de lo que todos nos arrepintamos pronto y menos tiempo regañando podrías obtener resultados más efectivos.

—¡Así se habla Jess!—Jake concordó con emoción.

—Siempre es un placer tenerte de mi lado, hermana —Allyson se quejó.

Pero sin lugar a dudas tenía razón: tratando de no perder más tiempo, los tres la buscaron entre ese mar de personas obesas y gente con patron de calvicie masculina: había genuina emoción en el ambiente, en especial por los invitados: un escritor de la serie "Los Jeffersons" y el titiritero de Alf de la serie... Alf, eran algunos de los nombres relevantes en el evento.

Pero claro, nada se comparaba con la función principal, la estrella del día: la presentación de Josh Horwitz.

Josh se preparaba tras bastidores para una sesión de preguntas y respuestas con fans de su antigua serie de los ochenta, "La Familia Tompkins", en la cual él interpretaba a Timmy, el niño adorable que volvió loco a todo el mundo por sus lineas picosas y su "adorabilidad" general, pero claro, el actor no estaba de todo satisfecho en ser encasillado por un solo papel, lamentablemente, y fuera de su actuación nominada al premio de la Academia, títulos como "Sex Toy Story" y "El Discurso del Ray" no provocaron un gran entusiasmo.

—Disculpe...—una voz susurrante y provocadora se escuchó en la salida del camerino de Josh.

—¿Quién es? —Josh volteó a verdaderas

—Soy solo una admiradora de su trabajo, señor Horwitz...

Era Sarah, quien estaba frente a frente con una autentica estrella (o bueno, lo más cercano con lo que ha estado).

—Por Abraham...—Josh murmuró al guiar su mirada al atrevido escote de la joven—. ¿P-puedo hacer algo por u-usted, señorita?

—Por supuesto—Sarah contestó marchando y recortando la distancia entre ambos.

—Bonito disfraz, por cierto...

—Muchas gracias, tuve algunos problemas con el, pero finalmente encontré uno que me ajustaba bien, ¿o qué opina usted?

—Opino que...¿no la conozco de algún lado?

—¿De qué habla? No creo haber tenido antes el honor.

Josh casi sentía que esa mujer había entrado en su vida antes, pero no podía recordar de todo en que situación o circunstancia, y claro, el ser distraído por una joven de prodigiosa figura en un atuendo de super-heroina del cosmos no ayudaba a su concentración.

—¿Ha estado en California o...? bueno, le iría bien en ese lugar—Josh comentó

—Yo sé de un lugar donde a usted le iría muy bien...

Josh quedó arrinconado mientras una Sarah sugerente y cautivante se acercaba, hasta que finalmente Sarah sintió algo en su tobillo: era una cuerda, y al ser jalada una pesa cayó desde el techo. Era una trampa diseñada por Mel, previendo el peligro inminente de acosadores indeseables...

...lamentablemente, donde Mel sacó un cien en violencia y seguridad, sacó un cero en cálculo, y la pesa en lugar de caer sobre Sarah, cayó sobre la cabeza de Josh, dejándolo inconsciente.

—¡¿Qué fue eso?!—Sarah gritó

—¡Si, lo sabía!—Mel exclamaba desde las afueras del camerino—. ¡No iba a dejar que esto ocurriera otra vez! —Melissa se silenció al notar el estado de Josh—. Oh...bueno, momento correcto, lugar equivocado.

—¡Es una trampa!

—¿Qué haces aquí? ¿No te habían advertido de evitar estos eventos en la Corte? —Mel preguntó—. ¿Y...estás vestida de Barbarella?

—¡Finalmente alguien sabe quien es!—comentó Sarah—. Era obvio; después de todo, cualquier persona arriba de cuarenta tenía que conocerla...

—Oh, ¡TE LO GANASTE!—exclamó Mel al limite de su voz cual si se tratará de un grito de guerra, lanzándose contra Sarah...

—Muy bonito Sarah —Allyson regañó a su amiga, mientras era esposada por un oficial de seguridad, tras una dura pelea contra esa mujer a la que se refería como una "señora mayor"

—No te preocupes—Jake añadió—. Pagaremos tu fianza, solo necesito juntar veinte dólares más en carteras para completar.

—¿Esto sucede todos los días?—Jessica susurró a Allye

—De hecho no...casi nadie le gana a Sarah peleando...quien sea con la que haya peleado debe ser una persona muy ruda...

—¿Qué pasó contigo? —Josh preguntó esa misma noche, tras salir del pabellón de emergencias de un hospital cercano, con vendajes en la cabeza por el golpe de una pesa de dos kilos en su cráneo, al ver a una Mel con un par de moretones en el rostro y su blusa rasguñada

—¿Por qué siempre te tocan los acosadores más locos? Y los que muerden más fuerte...

—Porque esto es Canadá; no tienen estrellas propias, así que cuando un pobre actor de clase B y media está en el país es tratado como si fuera John Lennon.

—Canadá tiene estrellas: ¿dónde dejas a Nickelback, a William Shatner, a Michael Cera...?

—Mel...

—Si, lo sé: Canadá en verdad NO tiene estrellas...

Un poco más tarde, Josh decidió acudir al único lugar donde siempre encontraba remedio para su dolor, tanto físico como de ego.

—Una cerveza por favor —él ordenó en la barra de un bar a lado de su hotel.

Pero él no fue el único con esa original idea.

—¿Es ese actor...? —Jessica pensó al ver a Josh al otro lado de la barra

Jessica había salido al bar a relajarse un poco, y claro, beber, pero en todo caso es imposible discutir con el hecho que a veces no hay mejor modo de relajar el alma y la panza.

—Oiga, no quiero sonar como una fan desquiciada...—Jessica se acercó comentando

—No se preocupe, créame: me han tocado verdaderos fans desquiciados—contestó Josh señalando su vendaje —. ¿Vienes con equipo medico para robarme sangre e intentar clonarme?

—No.

—Entonces estamos bien

—En fin —Jessica suspiró—. ¿Puedo tomarme una foto con usted?

—Son 50 dólares por foto, el doble si la quiere firmada...sólo bromeo, claro que sí.

Jessica tomó su teléfono, se posó al costado diestro de Josh, y tomó la foto con tal...em... "estrella".

—Es muy fotogénica—Josh comentó al ver brevemente la imagen en el celular de Jessica.

—¿De verdad lo cree?

—Sí, ¿es usted actriz o algo así?

—Sí...bueno, no...bueno, no lo sé —contestó Jessica, tartamudeando de un modo que parecía más su hermana menor

—¿No sabe si es actriz? No la culpo: de no haber estado tan drogado, nunca hubiera filmado "Como Entrenar a tu Tragón"

—¿Será "Dragón"?

—Fue una película con Martin Lawrence en traje de gordo, ¿necesito decir más?

—Bueno, al menos es lo que quiere ser, ¿verdad?

—¿Qué si me gusta ser actor? Bueno, si, me gusta, pero también no sé hacer otra cosa.

—Lo comprendo...yo en verdad quisiera ser actriz, me gustaría mucho, pero...

—No tiene que tartamudear tanto jovencita, ¿qué es? ¿una adolescente insulsa e insegura?

—No, creo que le dejaré ese rol a mi hermanita, pero hay varias cosas que me dan un poco de miedo sobre eso de ser actriz.

—¿Qué cosa puede ser? ¿Padres?

—Madre de hecho.

—¿Es judía?

—Luterana noruega, pero no somos estrictos con eso de la religión.

—Entonces no hay tanto problema, además ¿sabe que da más miedo?

—¿Qué?

—Dedicarse a algo que no gusta, pensando que pudo tomar otro camino toda la vida.

—Sí —Jessica, cabizbaja, reaccionó—, creo que en eso tiene la razón...

—Mire, un consejo: no es sencillo ser actor, tardará en conseguir buen material que estará rogando por mal material, y la competencia es dura, pero todo eso es un paseo en el parque comparado a no intentarlo siquiera...eso, ESO es en verdad un buen motivo para temer.

Jessica había escuchado las palabras de un verdadero actor: claro, no uno perfecto, de ser así, no tendría créditos en "Una Loca Película de Troya", pero al menos conocía el negocio.

—¿Quiere una mano, señorita? —preguntó Josh

Él le extiende una tarjeta y Jessica, dudosa, finalmente la toma.

—Si alguna vez va a Los Ángeles...él es mi agente, cobra mucho, si lo sabre yo, así que primero tendrá que hacer mil comerciales de seguros, pero quien sabe. Quizás uno de estos días...

—Sí...quizás...

Jessica abrazó inesperadamente a Josh y salió a toda prisa del bar, de vuelta a su hogar.

Allyson ya estaba dormida para ese punto, así que no vio a su hermana hasta la mañana siguiente: ella estaba precisamente acostada junto a ella, sonriendo, y dándole un muy buen susto.

—¡Casi me matas Jess! —Allye gritó, levantándose y quitando los flecos de su frente

—Lo siento, pero nunca falla, ¿recuerdas cuando eramos niñas y te hacía esa misma broma?

—Por algo no deje de mojar la cama hasta bien entrado en el tercer grado...en fin, ¿qué pasó? No te vi llegar anoche.

—No llegue tan tarde, fuiste tú la que se durmió temprano.

—Ser niñera de un criminal registrado y una fugitiva del sanatorio de Vancouver tiende a cansarte.

—No dudo que sea así.

Allyson notó cierta melancolía en el responder de Jessica, a pesar de su broma previa.

—¿Todo bien hermana?—la menor preguntó

—Pues...finalmente le dije lo que quería a mi madre.

—¿En serio? ¿Y qué dijo?

—Dijo que si quería estudiar algo distinto tenía el derecho de elegir, pero que ahora dependería de mi pagar tal carrera.

—Oh...en pocas palabras, ¿estás en la calle?

—No exactamente, tengo amigos donde quedarme, pero creo que tendré que conseguir primero un trabajo, tal vez acudir a audiciones y luego pensaré en que escuela entrar.

—En verdad no lo tomó bien entonces...

—En parte fue mi culpa, creo, porque después de todo, tal vez si me hubiera decidido mucho antes no hubiera pasado por esto hoy.

Y Allyson sintió algo respecto a su hermana que no pensó que fuera posible, aunque supuso que en teoría debía suceder alguna vez: al verla frágil, vulnerable, sintió compasión. No de esa lastimera, sino compasión autentica, real, de poder sentir parte de la carga que ahora Jessica sentía.

—Solo vine a despedirme Allye —Jessica continuó con su hablar—. En verdad, han sido días...interesantes.

—Jess, mamá solo está molesta por ahora, no dudo que se le pasará.

—Sé que si, pero hasta entonces...solo puedo confiar en una persona únicamente.

Y Jessica se abalanzó sobre su hermana y le dio un abrazo fuerte. Allyson, incluso sin estar acostumbrada a tal muestra de afecto y cariño honestos, devolvió los sentimientos en ese mismo abrazo.

—Jessica, em...ya conoces mi correo.

—También tú.

—Solo espera, una última cosa: ¿creí que dijiste que no tenías en realidad amigos?

—No amigos como los tuyos Allye...en fin, ¿quién tiene amigos como los tuyos en realidad?

Y Jessica se marchó: desde la ventana, Allyson la vio tomar un taxi con sus maletas a...donde sea que la vida la lleva, y la hermana menor solo deseaba que fuera lo que fuera que le trajera el destino, sea algo de bien.

Y antes que su madre saliera por la puerta al trabajo, Allye la detuvo un momento.

—Mamá...

—¿Qué pasa hija?

—¿Está todo bien entre tú y...Jess?

—Lo estará Allye, lo estará...

—Solo una cosa: ella solo quiere hacer lo que le gusta, y...sé que quizás tu no pudiste elegir lo que querías, pero creo que luchaste y trabajaste mucho para que Jess y yo pudiéramos...

Colleen no respondió nada, al menos no con su voz, pero creo que tanto ella como su hija sabían bien que contestaría, era solo que tomaría un poco de tiempo todavía aceptar ciertas cosas.

Y mientras tanto, Allye tenía un asunto que responder.

—¡Gracias por liberarme chicos!—Sarah comentó en salida de la estación de policía, después que Allye y Jake liquidaron la fianza

—Es la última vez—Allye respondió—. Así que guarda tus ansias acosadoras contra alguien de más calibre...un Clooney, un Pattinson, algo así.

—¡Está bien! ¡Además, no me fui con las manos vacías!

Sarah entonces les mostró a sus amigos un documento de la Corte.

—¿Qué es esto?—preguntó Jake

—¡Una orden de restricción!

—¿Y?

—¡Es una orden firmada por el propio Josh! ¡Cualquier idiota tiene su firma o su cabello! ¡Yo estoy legalmente nombrada por su equipo de abogados! ¡Nuestros nombres están en el mismo papel! ¡Es casi como un acta de matrimonio!

—O un acta de defunción...

Mientras Jake y Sarah discutían, Allye veía a esos dos de un modo diferente, con menos fastidio por su actuar, y más...cariño.

—¿Qué haces Allye?—Jake preguntó al ver como esa pelirroja buscaba su brazo

—Nada, sólo...me gusta estar con ustedes...

—Allye, es raro que yo lo diga, pero ya no fumes tanto de esas cosas...

Si. Quedaba mucho que pensar: ¿Qué haría su hermana? ¿Qué quería estudiar ella? ¿Tendrá el valor de confrontar a su madre en caso de ser necesario? Pero no por ahora. Son vacaciones, un largo verano de descanso antes de su último año, y tenía que hacerlo durar, y en todo caso, ya no sentía la obsesión de evitar el error, el evitar la equivocación de una mala decisión, porque sea lo que vaya a ser, y pase lo que tenga que pasar, ella tenía algo que su hermana, la chica hermosa, popular y que todos desean tener y todas deseaban ser, envidiaba, y no lo sentía de un modo mezquino o miserable, sino de uno que la hace olvidar por un instante lo que no tiene, y atesorar lo que si tiene.

Los tiene a ellos.

FIN

N/A: A todas y todos que leyeron el segundo libro de "El Club de Hopewell"...

...GRACIAS...TOTALES.

¿QUÉ? ¿QUÉ ANDAN BUSCANDO? ¡AQUÍ NO HAY NADA!

YA, YA: SU PERSISTENCIA MERECE RECOMPENSA, LO SÉ...

—¿Aún no has decidido qué quieres hacer? —Jake preguntó a su compañera pelirroja, teniéndola recostada sobre su torso, ambos sentados en una banca del parque frente a Hopewell High, divisando el horizonte listo para recibir el atardecer.

—Tengo un año para pensarlo —Allye respondió—, y además, ese periodo de gracia como de uno o dos semestres de tomar materias básicas antes de en verdad comprometerme con una carrera.

—¿Miedo al compromiso?

—Un poco, sí...¿acaso tú no?

—Es atemorizante el compromiso, sí, pero cuando encuentras a la persona correcta, lo que atemoriza es más bien, estar lejos de esa.

—¿Qué? ¿De qué hablas, Jake?

—Hablo de...

Pero la aclaración salió sobrando: en los ojos de ambos, toda explicación estaba dicha y hecha. Sólo dejaron que el magnetismo entre ambos tomara el control, y sus labios se buscaron y se fundieron con el calor de tanta ternura, pasión, y deseo contenido.

—J-Jake —Allye murmuró, apenada, a punto de dejar caer lagrimas desde su mirada, temblorosa.

—¿Ahora sabes por qué no temo en realidad al futuro, no?

—¿P-por qué?

—Porque sea cuál sea, sé que estarás en él

Y en una oración, la pesadez que Allyson sentía y respiraba se desvaneció: seguía dudando acerca del mañana, del año que sigue, de lo que le aguardaba en la universidad, y más allá...pero si Jake estaba con ella, no sólo como un amigo, sino como un compañero, un socio en su estadía en esta jornada y empresa llamada vida, no había cosa alguna que ella no pudiera superar.

—¿Me besas otra vez, Jake? —Allyson pidió, apenas calificando como un suspiro en su petición.

—Iba a preguntarte lo mismo...

Y de nueva cuenta, unieron sus labios.