Remember, Remember, the 5th of November. I will.
PARA TÚ, PUPETE
El amor es algo oscuro, que nadie te engañe. Conlleva dejarse caer y perderse, es desorden y es caos pero, por encima de todo, es no querer nunca huir de ello.
Es gula y ser consciente de que podrías prescindir de cualquier alimento mientras nada ni nadie te obligara jamás a dejar de comer sus labios. Pasar cada hora del día pensando únicamente en las ganas de devorar lentamente cada parte de su cuerpo, disfrutando de cada segundo que pasas a su lado. Sonreír al recordar cómo fue morderle la última vez y querer marcar tus dientes en cada centímetro de su piel para que quede constancia de lo que ya es obvio: él es tuyo y sólo tuyo.
Es lujuria porque llega un momento en el que simplemente comértelo deja de ser suficiente. Desear estar junto a él más que cualquier otra cosa en el mundo, que él se aproxime lo máximo posible y que se adentre en ti para nunca separaros. Sentir que, realmente, no podéis conseguir estar todo lo cerca que anheláis y necesitáis pero, no por ello, dejar de intentarlo. Notar gotas de sudor recorriendo tu espalda sabiendo que no importa; que te haga experimentar cosas que sólo él puede y ser tú la responsable de hacerle gemir de placer.
Es pereza, ya que después de compartir esas sensaciones, no hay nada mejor que permanecer tumbados sin mover prácticamente ni un solomúsculo mientras acaricias con tus dedos suavemente su piel. Escuchar cómo se acompasa su respiración con la tuya sabiendo que su calor está mezclándose con el tuyo de una forma realmente agradable. Sentirte totalmente completa y pensar que podrías permanecer el resto de tu vida haciendo absolutamente nada, siempre y cuando le tuvieras a él a tu lado, descansando los dos juntos en vuestra propia cama.
Es ira al tener que marcharte y dejarle ahí solo. No poder compartir todas las horas del día por cómo el destino ha decidido conduciros por la vida, a cada uno por separado. Añorarle, sufrir y llorar su ausencia pero, sobre todo, gritar, patalear y maldecir a todo aquello que os mantiene separados. Dejar claro que no estás de acuerdo y que no piensas permitir que la distancia importe. Que nada va a conseguir separaros y escupir a la cara del primero que lo intente, aunque esa persona seas tú misma en tus peores momentos.
Es envidia al pensar en todos aquellos que tienen la oportunidad de verle a diario. ¿Qué es lo que se creen? ¿Acaso han hecho algo para merecérselo más que tú? Saber que no hay nadie a quien él quiera, pero no poder evitar ser consciente de que muchas mujeres a su alrededor querrían y podrían darle lo que tú no puedes: un simple y rápido beso antes de ir a trabajar o un dulce y eterno abrazo a la vuelta de un día especialmente duro. Odiar con toda tu alma ser incapaz de hacerlo y anhelar poder ocupar el lugar de cualquier otra persona con tal de estar a su lado.
Es avaricia y no desear nada salvo que sea tuyo, sólo tuyo y así por siempre. Saber que en cuanto vuelva a tu lado lo único que querrás hacer será cogerle para nunca dejarle marchar. Ser consciente, no obstante, de que tarde o temprano se alejará de ti y, aunque no sea por demasiado tiempo, sentir en cada segundo que paséis separados que necesitas tenerle entre tus brazos y rozar suavemente sus labios con los tuyos. No querer compartirlo; jamás. Atesorar cada uno de vuestros instantes juntos para saber que, al menos, siempre tendrás eso que nadie te podrá quitar.
Y es vanidad. Él te promete su amor, pero eso no hace más fácil olvidar que lo puedes perder en cualquier momento. Por eso quieres ser la mejor,de manera quepase lo que pase, no quiera ni pueda estar con otra. Ponerte guapa para él, sí, para hacer que te siga deseando,pero querer también sobresalir y brillar en todos los demás aspectos de tu vida. Ser la mejor versión de ti misma para que él se sienta orgulloso al saber que eres suya y sólo suya.
El amor es algo oscuro, sin duda alguna, pero también es luz.
Antes no eras infeliz; tu vida no era especialmente dura ni amarga así que, ¿por qué ibas a serlo? Pero ahora él sólo trae felicidad. Piensas en sus ojos emocionados por haberse comprado un muy deseado videojuego y no puedes evitar sonreír ni dejar de mirarle; tampoco lo deseas. Escuchas o simplemente lees cómo asegura que te ama y sientes, cada vez, un escalofrío recorrer tu cuerpo mientras tu pecho se hincha como si la alegría realmente ocupara un lugar físico en tu interior. Sabes que son sólo sus palabras las que te llenanhaciéndote sentir más completa y menos sola, a pesar de la distancia.
Pasas el día preguntándote qué tal estará:"¿ese dolor que sentía ayeren la rodilla se le habrá pasado o seguirá molestándole?". Deseas escuchar cada palabra que diga, porque si él es quien lo dice, ya es importante. En ocasiones, eres consciente de que si fuera cualquier otra persona la que te estuviera hablando sobre ese tema en particular, te sería más bien indiferente y podrías llegar a considerarlo incluso una pérdida de tiempo. Pero si es él quien habla, eso no ocurre, porque ni un solo instante compartido con él puede llegar a considerarse un desperdicio.
Vives tu día a día sabiendo que si algo importante te pasa podrás contárselo y él te escuchará aunque sea una simple tontería. Si te ha ocurrido algo malo, te consolará y te apoyará haciendo que no parezca tan terrible porque sabrás, sin duda alguna, que siempre podrás contar con é , afortunadamente, es algo positivo, hará que todo parezca aún mejor por el simple hecho de poder compartirlo con él y emocionarte al ver su alegría sincera por ti.
Te sorprendesconstantemente soñando con un futuro que nunca antes hubieras imaginado. Ha trastocado tu mundo entero pero no sólo no te importa sino que, pese al poco tiempo que ha pasado desde que os conocéis, ya no puedes imaginar tu vida sin él. Y a pesar de que es prácticamente todo lo opuesto a lo que pensabas que querías, te das cuenta de que es más de lo que jamás podrías haber llegado a desear. Es todo lo que necesitas y quieres. Puede ser que no tengáis muchas aficiones en común, pero ya has aprendido que eso realmente no significa nada. Lo verdaderamente importante es que compartís un mismo objetivo: queréis estar juntos y construir un futuro único, vuestro futuro.
Ahora es sólo cuestión de esperar mientras disfrutas de ese estremecimiento agridulce que sientes cada vez que le ves, porque tanto la alegría al mirarle a los ojos como el dolor al saber que no puedes acariciar su piel son un recordatorio constante de lo mucho que le quieres y de que lo mejor está aún por llegar. Contar los días que faltan para encontraros de nuevo sabiendo, por lo menos, que ya no tendréis que volver a separaros más.
¡Ya es un día menos!