EL "RENO"
–No es muy agradable –le comentó a su padre–. Creo es más un muñeco para Halloween. –Ambos veían intentando comprender qué significaba realmente ese intento de reno sin cabeza que su padre había construido con palos de madera.
–Sólo le falta la cabeza, ya se la estoy construyendo con papel –contestó muy sonriente y orgulloso–. Además le pondremos luces. Quedará genial. –terminó.
Si bien ya era su tercera Navidad pasándola con su padre, a veces se preguntaba por qué lo elegía de nuevo en lugar de ir con su madre y sus abuelos. Aunque tenía muy claro que a comparación de la casa de su madre, su padre se preocupaba más por decorarla, y en Diciembre siempre se encontraba animado y entusiasta con la cena, los regalos y el árbol de Navidad.
Ella se puso a pensar por un momento, imaginando cómo quedaría con la cabeza de papel. –Supongo que se verá mejor. Ya quiero verlo terminado.
Ambos estaban tratando de formar una cabeza de reno en esa figura, y después de un rato, el "reno" ya tenía cabeza.
Su padre dudaba pero sonreía con su creación, mientras su hija lo veía anonadada, no porque haya quedado de lo mejor, sino porque para nada parecía una cabeza, mucho menos de reno.
–Ahora van las luces –pronunció su padre, y rápidamente comenzó a rodear el cuerpo del reno con pequeñas luces de Navidad, pasando por sus piernas, su lomo y finalmente por la cabeza. Ella sólo lo veía concentrada intentando encontrarle la forma, pero con las luces, ahora ese "reno" parecía de todo, menos un reno.
Una vez que él acabó su trabajo, ambos apreciaron al pobre reno no tan reno.
Era cierto que el cuerpo se veía como un reno, pero la cabeza, ahora llena de luces, se veía como una esfera con luz. Ella no quería pronunciar algo, ya que tenía un cruce de cables acerca del reno. Su padre, encantado con lo que había hecho, lo levantó del suelo y sin aviso alguno lo colgó en la entrada de su casa.
Si las cosas estaba siendo un poco raras para el pequeño reno hecho en casa, colgado por el cuello daba más miedo que alegría, y en lugar de parecer un bonito adorno de Navidad, se veía como una mala decoración para usar en la celebración de Halloween. El pobre reno estaba colgando del cuello y alumbrando todo con su cabeza llena de luces.
Completamente no era el mejor reno de la historia, pero, para su padre, había quedado estupendo y sin duda lo dejaría todo diciembre ahí, colgado.
–¿Ves? Ya tenemos un reno fuera de casa, ¿no? –anunció él, sonriendo.
–Sí, un reno suicida –dijo ella, aceptando que ese sería su nuevo amigo en las próximas Navidades.
24 de Diciembre de 2016.