Me llamo Andrea y algunos me dicen Andre. Tú llámame como prefieras.

Té y libros. Muchos libros. Stephen King me encanta, así que me considero un poquito masoquista. Tengo una relación amor-odio con el terror (porque me da pesadillas), las materias exactas (porque me dan dolor de cabeza) y Cathy. Si quieres saber quién es Cathy, te recomiendo la saga Dollanganger. Todavía veo películas de Disney. Hago origami y armo puzzles en mi tiempo libre, cuando no estoy leyendo. También me gusta cantar las canciones de Lana del Rey cuando es tarde por la noche. Y me gusta hablar con cierta persona. Arctic Monkeys. The Kooks. Foster The People. The Black Keys. Two Door Cinema Club. The xx. Mucha música, mucha música. Me gustan las cosas de niña y oler bien. Por las noches mis pensamientos se dividen entre cuddle, las cosas que quiero y lo que escribo. Soy alta, pero no muy alta. Y tengo la tez oscura, pero no muy oscura. Soy perfeccionista, indecisa, me gustan los idiomas y jugar Whale Trail aunque sea el juego más girly y ghei de toda la app store. Probablemente no tengo mucha gracia ni elegancia. Ah, soy de una ciudad muy, muy calurosa de Venezuela. Quiero hacer muchas cosas, y me temo que tal vez no me alcanza la vida, aunque sólo tengo quince años. Mi sueño oculto es ser astronauta, y en mi imaginación soy una princesa. Y me gustan las películas como (500) Days of Summer.

Escribo desde hace unos tres años, a principios de 2010. He evolucionado como cualquier persona y tengo el fastidioso problema de no saber terminar ninguna de las historias que comienzo. Sin embargo, trabajo en cosas un poquito grandes con las que quiero tener futuro. Mientras tanto, hay pequeñas historias que me gusta compartir aquí.

Sin más, Amor para todos.

-A

Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.

Rayuela, Julio Cortázar.